Es fundamental entender que al momento del nacimiento, el sistema inmune es inmaduro, no se encuentra a su capacidad total y debe madurar durante los primeros dos a tres años de la vida. Esto explica el por qué los niños sanos se enferman más frecuentemente durante los primeros 2 años de vida.
Hoy sabemos que la microbiota (anteriormente llamada flora bacteriana) está formada por un gran grupo de microorganismos que viven en armonía (simbiosis) con nuestro cuerpo e influye en el desarrollo del sistema inmune.
Una de las funciones de la microbiota es la inmunológica, de ahí que se le denomina la defensa biológica. La microbiota intestinal permite un desarrollo y función óptima del sistema inmune, ejerciendo un efecto probiótico-provida.
Tres son los momentos de oro para la “siembra” de una microbiota sana. El primero de ellos es en el embarazo, cuando el feto se expone en el útero a bacterias no patológicas presentes en el líquido amniótico y placenta.
El segundo momento es durante el nacimiento. Los niños que nacen vía vaginal se colonizan de bacterias benéficas que tiene la mamá en la vagina y que los protegen contra enfermedades en el futuro. Los niños que nacen por cesárea se colonizan por bacterias presentes en la piel de la madre y en el ambiente hospitalario, lo que favorece que los niños desarrollen algún tipo de alergia. Las principales dos especies de bacterias benéficas son las Bifidobacterias y los Lactobacillus.
Hay un tercer momento para “sembrar” una microbiota sana y es a través de la alimentación con leche materna humana (LMH), que es rica en Bifidobacterias. La LMH además contiene azúcares-oligosacáridos llamados oligosacáridos de la leche materna humana (HMOs) que, aun cuando no tienen una función nutritiva para el ser humano, son de vital importancia para el desarrollo de la microbiota intestinal al ser prebióticos, alimentos de la misma.
Podemos concluir que el desarrollo de la microbiota intestinal depende de varios factores, uno de ellos relacionado a la alimentación de los niños. El alimento lácteo NAN® SUPREME 3 contiene 2 moléculas de HMOs (oligosacáridos sintéticos estructuralmente idénticos a los que tienen la leche humana) y probióticos que ayudan a mejorar la respuesta inmune de los niños en crecimiento, disminuyendo así las infecciones gastrointestinales y respiratorias, como también, el uso de antibióticos y medicamentos que afectan a la microbiota intestinal saludable.
AVISO IMPORTANTE: LA LECHE MATERNA ES EL MEJOR ALIMENTO PARA EL LACTANTE. Este producto no debe ser utilizado para la alimentación del lactante. Alimento lácteo NAN® SUPREME 3, consumir a partir de los 24 meses. Marcas registradas usadas bajo licencia de su titular Société des Produits Nestlé S.A., Case Postale 353, 1800 Vevey, Suiza.