En economía existe un dilema cuando se ejecuta política monetaria usualmente denominada trinidad imposible. En un detalle muy resumido, esto significa que en un contexto donde el flujo de capitales entre el mundo exterior y un país es irrestricto y la tasa de interés se utiliza como instrumento para guiar esta política, se debe contar con un régimen donde la determinación del tipo de cambio sea flexible.
Es así, como desde el 2005 en Costa Rica se inició el proceso para que la política monetaria se guíe por metas de inflación y con ello pasar de un régimen con tipo de cambio fijo a un régimen cambiario de flotación administrada en el cual, las fuerzas de mercado sean las que determinen el tipo de cambio; esta situación oficialmente se adopta en 2018.
En este marco de ideas, pasamos de conocer un monto fijo para el tipo de cambio a interpretar y analizar cómo cambian los fundamentos que lo determinan para tratar de identificar la dirección de los cambios en este macroprecio, es decir, si el tipo de cambio disminuye (revaluación) o aumenta (devaluación).
Entre los determinantes del tipo de cambio están el saldo en las ventanillas del sistema financiero nacional, el riesgo soberano, el spread de tasas de interés, el influjo neto de capitales, el impacto neto de la demanda del Sector Público No Financiero (SPNF) y el balance comercial.
El saldo neto de ventanillas es el resultado del mercado privado de divisas en el que participan los intermediarios financieros (bancos, cooperativas, puestos de bolsa, otros) con el público general. En términos generales, este mercado presenta un superávit de dólares, es decir, son mayores las compras que las ventas. Cuando el saldo en ventanilla es superavitario entonces el tipo de cambio tiene presiones a la baja, cuando es deficitario se observan presiones al alza.
El riesgo soberano es lo que comúnmente se expresa a través de la nota que otorgan instituciones internacionales como Fitch, Standar & Poors y Moody´s. Con una calificación más positiva, los inversionistas internacionales ven al país como una opción para realizar sus negocios, traen divisas aumentando la oferta y con ello la presión sobre el tipo de cambio es a la baja, caso contrario con las perspectivas negativas. Actualmente Costa Rica tiene una calificación B con perspectiva estable.
El spred de tasas se refiere a la diferencia que existe entre las tasas de interés a nivel local y en el exterior, generalmente tomando como referencia para la tasa de interés internacional la de los bonos del tesoro de Estados Unidos. Entre mayor sea la tasa a nivel nacional respecto a la internacional, entonces los inversionistas preferirán hacer negocios en el país, y con ello aumentará la demanda de dólares.
Respecto al impacto del SPNF, este se manifiesta en presiones al alza sobre el tipo de cambio cuando las instituciones requieren más dólares para atender sus necesidades internacionales, por ejemplo, cuando el precio de los combustibles aumenta RECOPE necesita más dólares para pagar su factura petrolera o, cuando el Gobierno Central tiene que pagar obligaciones crediticias en moneda extranjera. En la situación contraria, las presiones se mantienen a la baja.
Costa Rica al ser una economía abierta al sistema financiero internacional, el influjo de capitales juega un papel importante. Cuando aumentan los ingresos que se registran en la cuenta de capital de la balanza de pagos, la disponibilidad de dólares también lo hace, y el tipo de cambio tenderá a la baja. Si más bien se registran mayores salidas, entonces los agentes que tienen sus inversiones en el país demandarán dólares provocando presiones al alza.
Por último, el balance comercial presentará un déficit (superávit) comercial cuando las exportaciones son menores (mayores) que las importaciones. Un déficit en cuenta corriente cada vez mayor genera presiones al alza en el tipo de cambio, por cuanto, se requieren más dólares para comprar los productos en el exterior, o lo que es igual a pagar más por los bienes y servicios importados.
Hay otras variables como la entrada de turistas, ya que los visitantes extranjeros tienen dólares que cambian por colones para realizar actividades dentro del país, y con ello, se aumenta la oferta de dólares.
También hay agentes económicos que inciden de manera importante en el mercado debido al volumen de las operaciones cambiarias que realizan, por ejemplo, como lo hicieron las operadoras de pensiones al demandar dólares para realizar inversiones en el exterior.
Entonces, ¿cómo deberíamos entender el mercado cambiario? veámoslo con un ejemplo: durante la primera quincena del mes de junio el tipo de cambio creció aceleradamente, llegando el 21 de ese mes a 696.76 colones, observándose varias particularidades en los determinantes.
A pesar de la estacionalidad normal que se presenta a mediados de año, las ventanillas estuvieron deficitarias, en parte por una demanda de dólares por parte de las operadoras de pensiones, además se observó una importante demanda de divisas del SPNF, todo aunado a que en general, la oferta de divisas era escaza, y que la entrada de turistas al país no ha vuelto a los niveles pre-pandemia.
Posterior a las operaciones de estabilización realizada por el BCCR, los determinantes mostraron presiones a la baja, especialmente respecto al saldo de ventanillas y una mejor coordinación del SPNF para atender sus necesidades. Finalmente, en la última semana se observó una disminución considerable del tipo de cambio que representó una revaluación del colon frente al dólar de 7.7% desde aquel 21 de junio (en todo el año el tipo de cambio presenta una devaluación de 0.07%).
En conclusión, lo importante para entender los movimientos en el tipo de cambio pasa por comprender la situación de sus determinantes, por lo tanto, no podemos volver a aquellos años donde conocíamos por anticipado el precio de esta divisa para un día particular, sino más bien, esperar alguna volatilidad en el mercado cambiario.