Contar cuentos es una herramienta útil para despertar creatividad, imaginación, reflexión colectiva y pensamiento crítico desde la niñez. Pero, ¿cómo hacerlo de manera que provoque una respuesta activa y asertiva en niñas y niños? En primer lugar, se debe colocar a las personas menores de edad como centro de la narración: menos moraleja y más acción. Abandonar el adultocentrismo y disponernos a escuchar qué personajes, espacios, colores y emociones se conjugan en las historias que narran los más pequeños.
Para que esta dinámica sea efectiva y atractiva, hay que procurar más preguntas que respuestas, disponernos a ver el mundo con otros ojos y aprovechar la tecnología como un medio más para la cocreación de contenidos y no como el fin máximo de la narración.
Niñas, niños y adultos pueden utilizar sus celulares para grabarse y luego escuchar en colectivo sus historias. Estamos frente a una era que demanda nuevas habilidades para sacar el máximo provecho a las nuevas herramientas.
Tal y como afirman las investigadoras Lourdes Villalustre y María Esther del Moral, de la Universidad de Oviedo, estas son algunas habilidades a tomar en cuenta cuando narramos historias a través de las pantallas, con los más pequeños de la casa.
- Habilidades digitales: Es decir, dominar técnicas y propiedad de la expresión audiovisuales. Incluir efectos de sonido, música, cambios de voces en la narración que conviertan la historia en una experiencia que atrape el interés de niñas y niños. Hoy, más que nunca se demanda que algunas herramientas básicas sobre uso de herramientas de edición de audio y video se enseñe a los docentes para que puedan emplear recursos más didácticos en sus lecciones virtuales.
- Destrezas narrativas: ¡Nada más aburrido que escuchar una voz plana! Se necesita emoción y conexión para despertar el interés, la imaginación y la creatividad. Es preciso planear una composición escrita sencilla: una guía para el contexto digital que sea breve pero atractiva y que invite a niñas y niños a interactuar como audiencia activa y participativa del entorno digital.
- Habilidades creativas: Niñas y niños quieren menos moraleja y más acción. Esto se traduce en la necesidad de plantear ideas innovadoras, que ejerciten el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Una vez más, que haya más preguntas que respuestas.
- Didácticas: Las autoras proponen la capacidad para realizar proyectos artísticos y narraciones con una finalidad educativa y didáctica. En otras palabras, que sin ser moralistas a través de un cuento se tengan las habilidades para transmitir mensajes positivos que permitan que niñas y niños se formen como agentes de cambio, dispuestos a cuestionar su entorno y a procurar acciones para mejorarlo, mediante un lenguaje hipertextual y a partir de las habilidades ya mencionadas.
La era digital ofrece una variada oferta de plataformas donde niñas, niños, sus familias y maestras pueden compartir, disfrutar y cocrear contenidos de forma colectiva. La motivación debe ir orientada a que ese contenido virtual sea estimulante, que se convierta en una invitación para hablar el lenguaje de la empatía, para así abandonar la robotización y fomentar ser más humanos en un contexto de cambios vertiginosos.
Anímese a narrar historias en casa, a utilizar el celular como punto de encuentro familiar y como herramienta para las preguntas, el juego y la narración colectiva de historias. ¡El ejercicio es gratis! Los resultados serán provechosos para los más pequeños de la casa en el corto, mediano y largo plazo.
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