Áncora

La sanación por la música

La música es la más grande aliada de la vida

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Escuchar música en medio del sufrimiento físico es bueno: la música le impone al dolor un ritmo que va a contrapelo de sus periódicos ramalazos. Los accesos comienzan a hacerse más distantes entre sí y más irregulares. La música los trastorna. Los grandes clímax musicales sobrepujan los paroxismos del dolor. Y los pasajes serenos apaciguan las sensaciones ingratas. De pronto, y como por ensalmo, el dolor ha desaparecido. Queda únicamente la fragilidad general del cuerpo, su extenuación, y ese sentimiento -el más bello del mundo- que llamamos “alivio”. Cualquier gran música: no tiene que ser Mozart, como algunos creen: igual pueden ser Bach, Beethoven, Schumann, Bartók, Prokofiev.








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