
El escritor costarricense Roberto Cambronero superó a 1.263 postulaciones de 41 nacionalidades para llevarse el Premio de Novela de la Fundación Mediterráneo y la Universidad de Murcia. Con su obra El higo del Edén, el autor logra un reconocimiento económico significativo y la publicación de la obra en la prestigiosa editorial Pre-Textos.
En esa editorial, Cambronero ya había publicado Como gigantes ahogados en 2023. El nuevo premio incluye un tiraje inicial de 800 copias y un premio de 20.000 euros.
El catedrático de Literatura Española Francisco Florit, las académicas de la RAE Soledad Puértolas y Clara Sánchez y el editor Manuel Borrás conformaron el jurado, que describe la obra como “un universo donde conviven la superstición, la violencia y los instintos más primitivos, escrita con ingenio, libertad y una poderosa capacidad descriptiva”.
Áncora conversó brevemente con el autor tras el anuncio, para conocer la novela El higo del Edén.
—¿Qué representa para Ud. recibir este premio y la oportunidad de publicación?
—Un premio, sobre todo cuando viene de la mano de publicación, es siempre una oportunidad que se agradece. Publicar como autor centroamericano tiene sus dificultades, aunque estén aumentando las editoriales independientes haciendo un muy buen trabajo, sigue siendo un reto. Por eso se agradece que existan fundaciones que estén trabajando este tipo de proyectos de las mano de editoriales como Pre-Textos.
—¿Cuándo empieza, cómo surge, cómo abordó este proceso de escritura?
—Esta obra nació como una obra de teatro bastante sencilla, pero cuando se me fue desbordando con muchos personajes y varias tramas que se cruzan, decidí convertirla en novela. En realidad la terminé hace más de dos años, la estuve trabajando bastante tiempo para desarrollarla de forma que estuviera satisfecho.
—El jurado destaca que “es una novela bien construida y sorprendente, que conjuga pasajes de intensidad dramática con momentos cercanos a la comedia”. Ya ha utilizado el recurso del humor. Cuénteme de ese mecanismo: ¿qué le interesa y cómo lo desafía?
—Creo que desde Thomas Mann las novelas deben escribirse con cierta ironía, aunque claro eso puede venir desde Cervantes. El reto es, por supuesto, que esto conjugue también con temas serios sin socavar su importancia, por eso el trabajo de escritura debe ser lento, reflexivo. En este caso utilicé un narrador omnisciente que a veces habla desde nuestros tiempos y por lo mismo parece tenerla mucha compasión a los personajes.
—Cuénteme lo que trata en la novela.
—La novela trata sobre los pobladores del Llano de Mata Redonda, es decir, lo que hoy conocemos como La Sabana, en el siglo XVIII. Una aldea desconectada del resto del mundo donde, en el río María Aguilar, encuentran algo que ellos denominan El Adefesio, algo que no comprenden. De aquí en adelante, este hallazgo es un catalizador para que los personajes reaccionen ante esto en un episodio tanto de histeria colectiva como de delirios religiosos.
—¿Qué le interesa de esa presencia de lo superticioso en la vida cotidiana? ¿Qué le intriga sobre ese aspecto de las sociedades?
—Lo supersticioso es una forma de supervivencia, cuando no se entiende algo se busca el consuelo de soluciones imaginarias. Al final lo interesante es esto, la forma en que podemos distorsionar la realidad ante algo que nos asusta, que no entendemos y como esto puede terminar perjudicando no solo a nosotros pero a los demás.

