El Victoria & Albert Museum de Londres, uno de los recintos más influyentes en el mundo de la moda y el diseño, inauguró el 20 de setiembre una exposición que examina a María Antonieta como musa para el diseño.
Con el título Marie Antoinette Style, la muestra explora cómo la reina de Francia, ejecutada en 1793, se convirtió en un ícono de estilo cuya influencia se extiende hasta las pasarelas actuales, el cine y muchos más campos creativos.
La exposición reúne 250 piezas, entre vestidos originales del siglo XVIII, retratos, grabados, accesorios de la corte francesa en Versalles y creaciones de diseñadores actuales que han retomado la figura de la malograda reina: el exceso, el dulzor, la pompa, la ingenuidad.
El recorrido entrelaza historia, política y moda, resaltando tanto el esplendor como las contradicciones de una figura que, muerta en una época convulsa como pocas, ha seguido fascinando a todo tipo de diseñador.
En Style, se muestran corsés y miriñaques que transformaban el cuerpo femenino en un espectáculo casi arquitectónico; zapatos de seda bordada y abanicos que revelaban mensajes secretos; retratos de la reina encargados a Élisabeth Vigée Le Brun y otros pintores de la corte, que consagraron una imagen de delicadeza y poder.
Pero extendiéndose dos siglos y medio, se exhiben piezas de John Galliano para Dior, Vivienne Westwood y Alexander McQueen, diseñadores que reinterpretaron los excesos de Versalles para hablar de lujo, rebeldía o para incorporar la sátira política.
El guion curatorial insiste en la tensión entre la intimidad y lo público. Mientras los trajes de corte evidencian la teatralidad del poder, también se muestran vestidos de algodón blanco —inspirados en la moda campesina— que María Antonieta supuestamente popularizó en su refugio de Le Petit Trianon. Aquella elección, aparentemente inocente, desató críticas feroces en la prensa revolucionaria, que la acusó de frivolidad y desconexión con la realidad del pueblo.
El V&A recrea todo este ambiente opulento con proyecciones, maniquíes estilizados y testimonios de cronistas de la época, que no dudaban en ridiculizar a la reina por su ostentación.
¿Puede un vestido definir la relación entre gobernantes y gobernados? Si el estilo personal se convierte en un relato político, ¿quién lo lee... y para qué? María Antonieta, sujeta al escrutinio de caricaturistas y críticos, parece anticipar fenómenos contemporáneos en que la apariencia de figuras públicas genera tuit tras tuit.
No por nada Sofia Coppola, la cineasta más profunda sobre la superficialidad, le dedicó una película que, a dos décadas de su estreno, tiñe incontables videos musicales, anuncios y proyectos de moda. Ahora, como entonces, la moda es tensión, una batalla entre lo que oculta y muestra, lo que asume que es y lo que significa para sus espectadores. Eso lo entendió la joven reina muy pronto... y fatídicamente.



