
Cada reaparición de una película es un milagro. Como las tenemos en todas partes, es fácil olvidar cuán frágiles son. Allá en barrio Otoya, en la parte trasera de la hermosa casa histórica que alberga el Centro de Cine, reposan varios pequeños milagros esperando reemerger. La última llegó hace poco: Wáca, la tierra de los Bribries (1979), relanzada el 27 de octubre, Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.
Hablamos de milagros porque muchas casualidades deben coincidir para que una película sobreviva. Una película es un ente vivo, cambiante, en riesgo perpetuo: los elementos la invaden y la deforman, y más aún en nuestro clima tropical, que todo lo vence. Podemos tener equipo adecuado o suficiente para protegerlas que, igualmente, pasan los años y pasan los daños.
De hecho, en el mundo es más usual perder una película que preservarla. Si pensamos en el cine anterior al sonido sincronizado, algunos números nos dan la dimensión de la pérdida: la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos estima que más del 70% de las películas previas a 1930 están perdidas para siempre. La situación se repite en todas partes.
Las razones no son solo ambientales: tienen que ver con la decisión de qué resguardar en un archivo, las condiciones materiales y económicas para protegerlo, y la forma en la que esas sobrevivientes pueden exhibirse nuevamente. En todo eso piensa un archivo de cine.

En un país como el nuestro, con tan escasa producción cinematográfica hasta inicios del actual siglo, se adivinará que la preservación no ha sido exactamente la prioridad. El Archivo de la Imagen del Centro de Cine ha hecho esfuerzos, a lo largo de los años, pero siempre escasearán los recursos, el personal especializado y las oportunidades para resucitar valiosos filmes que nos hablen de nuestra historia.
Por eso ver reemerger una película histórica, con calidad adecuada, difundida a nuevos públicos, sí constituye un pequeño milagro.
¿Qué es ‘Wáca, la tierra de los Bribries’?
Antes de los años 70, las dificultades técnicas y económicas habían impedido que se estableciera una producción regular de cine en Costa Rica. Apenas un puñado de largometrajes lograron completarse, y existieron pocas oportunidades para retratar lo que ocurría en el país, en ficción o documental.
En 1973, tras la fundación del Ministerio de Cultura y Juventud, se creó un Centro de Cine con la misión inicial de producir cortometrajes y largometrajes sobre la “realidad nacional”, el conjunto de asuntos sociales que definían una sociedad tica en plena transformación.
Desde entonces y hasta la crisis económica de inicios de los años 80, se produjeron docenas de películas que dan cuenta de asuntos como la economía agrícola, la situación de las mujeres, la identidad afrocostarricense, la prostitución y el alcoholismo, la situación de los presos, los avances en infraestructura y muchos temas más.

De esa iniciativa nace Wáca, la tierra de los Bribries en 1979, parte de la colección Producción Estatal (1973–1989) dentro de la serie Promoción Humana. Dirigido por Édgar Trigueros Méndez, el documental de 34 minutos ofrece un retrato de la vida cotidiana, el territorio —ya con denuncias sobre la toma de tierras bribris y cabécares— y la cosmovisión de una de las etnias originarias de Costa Rica.
De acuerdo con la descripción del proyecto, “Wáca” significa “tierra” o “territorio”, pero abarca no solo lo geográfico, sino “la relación espiritual y ancestral entre el pueblo Bribri y la naturaleza, entendida no como propiedad, sino como un ser vivo al que se pertenece” (la traducción al español de los segmentos en bribri fue realizada por Alí García Segura y Carla V. Jara Murillo, de la Universidad de Costa Rica).
En esta ocasión, no se hizo una restauración completa, sino una digitalización con postproducción para mejorar la accesibilidad y conservación del material. El Centro de Cine no cuenta con el equipo de restauración suficiente, pero se espera incorporar a la Cinemateca Nacional cuando esta se consolide.
Ahora, lo que ya nos muestra Wáca es, con tono muy de su época, una denuncia de lo que acontecía en un rincón por entonces poco accesible del país. “Eso es lo que pasa: aquí todos los blancos tienen todos los inditos siempre de juguetes”, reclama uno de los entrevistados, en una voz ayer y hoy poco escuchada en las discusiones por su territorio. “Porque todos, según ellos, creen que lo que es el indio no vale”.
Pero claro: vale, y mucho, tanto que Fulvia lucha por mantener las tradiciones de su pueblo y la vemos cocinando y trabajando a su manera. La cámara es íntima sin invadir; respetuosa con quienes hablan, en sus propias palabras, del despojo que los acecha. En otras escenas, la cámara se libera y parece sumarse al trabajo del campo y a la contemplación: captura momentos privados y el sudor de la faena.

¿Qué hace el Archivo de la Imagen del Centro de Cine?
Así como esta película de Trigueros, otras han sido atendidas para que puedan exhibirse en mejores condiciones de imagen y sonido. Si bien varias estaban digitalizadas, no siempre los materiales seguían en estado óptimo, de modo que la experiencia del espectador podía ser algo difícil. La noción de “restaurar” filmes es justamente llevarlos a condiciones más adecuadas para su exhibición.
El Archivo de la Imagen Francisco ‘Chico’ Montero Madrigal ha vivido importantes cambios desde 2020, cuando se jubiló William Miranda, su único encargado por cuatro décadas. De acuerdo con el Centro de Cine, “durante los últimos cinco años, el equipo ha trabajado en comprender integralmente el acervo, consolidar metodologías y adoptar estándares internacionales en preservación audiovisual”.
Eso ha implicado formación técnica con diversos entes regionales y europeos que brindan las herramientas, altamente especializadas, para poder atender las necesidades actuales y futuras del Archivo. Tras mucho esfuerzo, en 2024 se logró incorporar una plaza de técnico de archivo en convenio con el Archivo Nacional, crucial puesto para coordinar el laboratorio y la colección.
Hasta ahora, el Archivo ha digitalizado más de 115 rollos fílmicos en 16 mm y 35 mm, los cuales representan aproximadamente 60 obras, detalla el equipo técnico.

En el libro Film Curatorship: Archives, Museums, and the Digital Marketplace (2008), cuatro curadores de archivos audiovisuales debate hasta lograr cincelar, al final de sus discusiones, una definición de “curaduría” para los archivos de imagen en movimiento: “El arte de interpretar la estética, la historia y la tecnología del cine por medio de la colección selectiva, la preservación y la documentación de las películas y su exhibición en presentaciones de archivo”. Eso es lo que, con las posibilidades actuales, ha procurado hacer el Centro de Cine, y a lo que aspira mejorar la eventual Cinemateca.
Volver a ver estas cintas es una forma de vernos y entendernos, de reconocernos en los filmes del pasado que, revividos por la tecnología restaurativa, nos hablan de hoy, del presente, en ese acto de alquimia que nos intoxica del cine desde su creación, hace 130 años.
Un arte de sombras y fantasmas que nos trae más cerca de lo terrenal.
Seis obras recuperadas por el Centro de Cine
Desde septiembre de 2024, el Archivo de la Imagen ha puesto a disposición del público seis películas, primero en proyecciones en sala y luego en su canal de YouTube.
A cargo del Archivo de la Imagen están Vania Alvarado Rivera como coordinadora, Alonso Castro Badilla como archivista, y David Rodríguez González como artista creativo.
15 de septiembre de 1821 (1965), de Francisco Montero Madrigal
Primera publicación del archivo en su etapa actual, estrenada en el marco de la conmemoración de la independencia.
Costa Rica 1975 (1975), de Carlos Matías Sáenz Ferreto
Material inédito, digitalizado y presentado por primera vez al público.
Dos veces mujer (1982), de Patricia Howell Aguilar
Publicada en marzo de 2025 para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Exhibida previamente en el programa Preámbulo.
El negro en Costa Rica (1977), de Guillermo Munguía Hernández
Presentada inicialmente en Preámbulo antes de su publicación digital.
César, trazo y palabra (1988-1991), de Carlos Matías Sáenz Ferreto
Compartida en el marco del Día del Artista Nacional.
Wáca, la tierra de los Bribríes (1979), de Edgar Trigueros Méndez
Estrenada para el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.
