La tiktoker venezolana Diana Da Silva, conocida en redes como Madre de 3 en USA, compartió entre lágrimas el recuerdo de su paso por Costa Rica durante la difícil travesía para llegar a Estados Unidos. Ella, según su testimonio, migró en busca de la estabilidad que no encontraba en su país natal.
En su cuenta, la creadora de contenido tiene numerosos videos en los que narra su experiencia migratoria. En uno de ellos comenzó diciendo: “¿Cómo fue mi paso por Costa Rica para llegar a Estados Unidos? Me van a disculpar un poco si lloro en este video, pero al final les cuento por qué estoy llorando”, introdujo antes de relatar su vivencia.
Da Silva explicó que, tras cruzar la selva del Darién en Panamá, abordó un autobús que la llevó a Costa Rica. En otro video relató que en territorio panameño sufrió un aborto espontáneo a raíz de una caída en la selva. “Yo viví, ya ustedes lo saben, cosas muy horribles”, comentó.
Debido a ello, llegó a Costa Rica con el corazón roto y sin lo indispensable para subsistir. Tanto ella como su esposo estaban descalzos, y su hijo menor no tenía ropa, pues todo lo perdieron en la selva.
En Paso Canoas se acercó a un cajero automático y ahí se encontró con un compatriota que vendía confites. Le pidió entonces una recomendación de dónde pasar la noche. Fue en ese momento cuando Da Silva, al recordar, rompió en llanto: “Venía pasando por un proceso tan duro”, expresó.
Sin recordar las tarifas, contó que llegaron a un hotel cuya tarifa rondaba los “¢10″ (probablemente ¢10.000), pero ellos únicamente tenían “ocho”. Ante esta situación, habló con el propietario del hospedaje, quien les respondió: “¿Tienen ocho? No, entonces denme cinco porque ¿con qué van a comer?”.

Esa generosidad no terminó ahí. Una vez instalados, el señor les tocó la puerta y les llevó comida, al notar que no habían salido a comprar nada. También les consiguió ropa para el hijo menor y les mostró admiración por haber sobrevivido al cruce del Darién. Además, les facilitó el contacto de una fundación que apoya a migrantes, la cual se mantuvo pendiente de ellos desde el primer momento.
“Por eso es que no puedo hablar cosas malas de Costa Rica, porque solo conocí personas buenas”, afirmó conmovida.
La familia se trasladó luego a San José, donde la fundación les pagó una habitación y les aconsejó idear una forma de ganar dinero para continuar su camino hacia Estados Unidos.
Fue así como compraron una bolsa de confites y comenzaron a venderlos en el centro de la capital. Da Silva recordó con emoción que incluso una vendedora de gorros para el frío le compartió dónde conseguía su mercancía para que ella también pudiera comprar y revender.
En su testimonio, la venezolana reconoció que sintió “ira” al escuchar a la actriz Ana Karina Manco afirmar que los costarricenses “son agresivos”. Según su experiencia, la estadía de su familia en Costa Rica, que duró entre cinco y diez días, estuvo marcada por un constante apoyo de la población. Gracias a esa ayuda pudieron reunir el dinero necesario para continuar el viaje.
Durante esos días también recibieron comida de parte de iglesias y diversas organizaciones, lo que la llevó a reflexionar: “¿En qué país tú como venezolano has vivido eso? Tú que migraste como yo y pasaste tantos países. Al contrario, acostumbrado a que te digan lárgate. Vete para Venezuela. Porque viví muchísimo la xenofobia y el maltrato en otros países. En cambio, en Costa Rica fue todo lo contrario”, aseguró.

Entre lágrimas recordó también que, tras publicar un video en defensa de Costa Rica, muchos costarricenses le dejaron mensajes de cariño y hospitalidad, incluso ofreciéndole alojamiento si algún día decidía regresar.
“Yo digo ‘wao, qué gente tan bonita’, porque como venezolana estoy acostumbrada a que por culpa de otros paisanos en todo lado nos echen, que nos digan lárgate a tu país, y nos traten mal y nos vean mal, y esta gente no. Esta gente más bien me comentó muchísimo y me dijeron que tenía las puertas del país abiertas”, compartió.
Finalmente, la creadora de contenido destacó el profundo valor que esas palabras tienen para ella y agradeció a Costa Rica por su hospitalidad: “No cambien porque valen muchísimo”, concluyó.