
Un montañista de 52 años permaneció cuatro días perdido en las montañas de Tucumán, Argentina, hasta que el dron de uno de sus compañeros lo localizó en un área remota. Durante ese tiempo, se refugió en una cueva de pumas, sobrevivió con los pocos alimentos que llevaba y soportó temperaturas extremas.
Jorge López, montañista con más de 25 años de experiencia, se extravió mientras realizaba una travesía junto a cinco amigos hacia el Nevado de Chuscha, una cima ubicada a más de 5.300 metros de altura, en el Valle Calchaquí.
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El grupo tenía como objetivo atravesar las sierras del Cajón y concluir el trayecto en Cafayate, pero el tercer día de caminata, López se separó. Durante un ascenso, sufrió una caída en una grieta que le provocó lesiones en la cadera y rodilla. Al reincorporarse, ya no pudo ver a sus compañeros.
Intentó seguir descendiendo por un río, pero una cascada de 20 metros bloqueó su paso. Se refugió en un puesto rural abandonado, donde pasó su primera noche comiendo queso y salamín, los únicos víveres que llevaba en su mochila.
El frío y el agotamiento se volvieron sus principales amenazas. El montañista intentó buscar rutas alternativas escalando paredes de piedra de hasta cuatro metros, pero terminó atrapado sin salida.
En ese momento decidió pasar la noche en una cueva utilizada por pumas. Aseguró que no sintió miedo, pues confiaba en que estos animales no atacan a las personas.
Mientras tanto, sus amigos alertaron a las autoridades. Dos policías y tres bomberos se sumaron a la búsqueda, que se dificultó por las bajas temperaturas y la geografía compleja.

Uno de los rastros que dejó López fue un filtro de café colocado como mensaje en un puesto de paso. Este indicio permitió confirmar que seguía con vida y avanzando hacia zonas más bajas.
Uno de los integrantes del grupo, Eliseo Jantzon, utilizó un dron que llevaba para grabar imágenes de la montaña. Gracias a ese equipo, lograron divisar a López, quien al oír el zumbido del aparato, alzó los brazos para hacerse notar. En un primer momento, creyó estar alucinando.
Finalmente, los rescatistas lo encontraron a unos 700 metros del campamento base. El reencuentro fue emotivo y marcó el final de una travesía que López no olvidará.
Durante los días de aislamiento, el montañista se enfocó en avanzar paso a paso, analizar riesgos y mantenerse sereno, con el pensamiento fijo en su familia.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.