Ali Space, una creadora de contenido de apenas 22 años, recibe a cualquiera con una sonrisa cargada de simpatía. La joven costarricense es extrovertida por naturaleza, pero tiene un corazón blindado para protegerse de comentarios negativos sobre su peso, sus cicatrices, su cabello rizado, su piel morena y hasta su relación sentimental.
Todo esto lo muestra en sus redes sociales, sin ningún tipo de temor. En sus videos se muestra tal cual: comenta temas serios de la realidad nacional e incluso genera conversación, una combinación que, según los comentarios en las publicaciones de la influencer, no gusta a todo el mundo.
LEA MÁS: Byron Arias: el creador de contenido que transformó anécdotas con su mamá en risas
Uno de sus objetivos principales es representar a una población que, según sus palabras, ella nunca vio en televisión, comerciales o juguetes.
“Hay discursos que han llevado a pensar que una mujer puede ser ahora de todo, pero primero bonita. Y a los hombres no se les exige la belleza como a nosotras”, comentó.
Ali conversó ampliamente con La Nación sobre su vida fuera de las cámaras, explicó el origen de sus videos donde insta al amor propio y aseguró que diferentes situaciones de la vida la hicieron blindarse ante los comentarios negativos.

Infancia complicada
Como ella misma dice, su infancia fue complicada. Incluso, con algo de incomodidad, prefiere no ahondar en sus primeros años de vida, por lo que esta conversación inicia desde su tiempo en el colegio, donde tampoco la tuvo muy fácil.
“Tuve dos momentos traumáticos de bullying en mi infancia, sobre todo en el colegio, por mi tamaño, porque siempre fui muy grande. Para referencia, siempre fui muy alta y nunca fui delgada. Yo, ahora, mido 1,76 m, lo cual es muy alto para el promedio en Costa Rica y también siempre he sido ‘pochotona’”, explicó.
También dijo que, en algún momento, le hicieron comentarios racistas, se burlaron de su peso y hasta la comparaban con personajes. Esto provocó que de sétimo a noveno año del colegio fuera una persona agresiva y siempre enojada.
Otro amargo episodio sucedió al descubrir que le gustaba mucho el baile. “En la academia en la que estuve también me hicieron mucho bullying por mi peso. El tema del baile es algo que estoy intentando solucionar; me cuesta mucho verme al espejo cuando estoy bailando, es una de las cosas que más me dañó”, dijo.
Cuando Ali habla de esta etapa, recuerda que para ella un excelente momento de su vida fue la pandemia, ya que se acabaron las lecciones y ya no tenía que ver a quienes la molestaban en el lugar. Fue entonces cuando se armó de valentía e inició a grabarse en video.
“Primero me quité la vergüenza y dije: ¿quién me va a juzgar? ¿mi familia? (...) Entonces hice un video contando una historia que me pasó con mi mejor amiga y todo fluyó muy bien”. Así fue como comenzó a grabar historias graciosas que las personas le enviaban, entre ellas, historias de amor.
Tiempo después, el amor propio, comenzó a aflorar en ella.

Esa nueva forma de ver la vida, que conllevó la manera de verse a ella misma, fue potenciada por el ingreso a la universidad. “Mi camino universitario tuvo mucho que ver. Me gradué en Relaciones Internacionales y ahora estoy haciendo la Licenciatura en Cooperación Internacional. Entonces, leí mucho sobre cómo funcionan las relaciones internacionales. También, en eso, venía mucha teoría feminista y me ayudó a desarrollar pensamiento crítico”, explica.
En ese proceso, Ali comenzó a darse cuenta de que las historias que contaba de niña ya no interesaban. En cambio, descubrió que su mensaje de amor propio hacía resonancia en ella y al mismo tiempo generaba discusión.
“Quiero dar a entender que las mujeres somos mucho más que un cuerpo y que toda nuestra vida está condicionada a que se nos vea primero por nuestro cuerpo y luego por lo demás”, afirmó.
Ali ha sufrido en carne propia lo anterior, sobre todo cuando habla de temas más serios relacionados con la coyuntura nacional.
“El tipo de crítica que más me molesta es cuando queda completamente invalidado lo que digo por cómo me visto o por mi cuerpo. Muchas veces me pasa: soy una persona a la que le gusta mucho usar escotes, así son mis blusas y a mí me encantan", dijo.
Y agregó, “salgo en videos hablando de temas importantes para mí y eso queda invalidado en los comentarios por alguna persona que nada más se fijó en que andaba un escote. En ese sentido me han comentado cosas como: ‘Sí, qué lindo mensaje, pero tápese’ o ‘el hecho de que usted esté tan destapada le quita el valor a su mensaje’”, explicó.
Afirma que esta es “una perspectiva sumamente machista, horrible y deshumanizante que tienen las personas hacia las mujeres, pues no pueden comprender que una mujer merece ser escuchada sin importar cómo esté vestida o cómo se vea”.
Ali agrega que desea que las personas no solo se amen, sino que también tengan una vida sana.
“Siento que la gente en redes sociales ha desarrollado una idea de que cualquier tipo de contenido que sea sobre amor propio es inherentemente relacionado con que uno no busque la salud y que no se preocupa de como está. Para mí, el amor propio siempre se ha tratado de que usted se imagine como una persona que usted ama”, explicó Ali, haciendo referencia a que uno desea que la persona a quien ama coma bien, además de que esté sano física y emocionalmente.
Algunos de los temas que ella ha tratado en sus redes sociales son justamente relacionados con cómo la sociedad sexualiza a las mujeres, en cómo la belleza es subjetiva, el uso de prendas sin importar el tipo de cuerpo y otros relacionados con la higiene femenina.
Sus ideales en el trabajo la han llevado incluso a rechazar campañas publicitarias, por ejemplo, relacionadas con el uso del brasier, ya que ella no lo utiliza. Entonces, desea dejar un mensaje claro a su comunidad: está bien ser usted.
“Para mí, trabajar con marcas tiene otro significado, que también he abordado en videos: la representación. Es el hecho de salir ahí y decirles a las mujeres: ‘Sin importar cómo se vean, merecen abarcar todos los espacios porque son personas capaces y no deben ser excluidas’”, dijo.
LEA MÁS: Deeikel: el ‘chamaquito de Santa Teresa’ que cambió el fútbol por la música y conquista Costa Rica
Marcar la diferencia
Su discurso lo han hecho suyo desde jovencitas de 18 años hasta mujeres de más de 40, que buscan mejorar la crianza de sus hijas en estos tiempos.
“Por ejemplo, una vez subí un video sobre cómo las manchas en la piel eran algo completamente normal, que no somos muñecas de porcelana para vernos lisas y que uno tiene manchas en la piel porque la piel tiene textura, espinillas, etcétera”, comentó.
"Entonces, me escribió una mamá y me dijo: ‘Mañana me pongo una blusa de tirantes porque nunca me había puesto una por mis estrías en los brazos, y no solo por mí, sino para enseñarle a mi hija que ella también puede ponerse lo que quiera y ser libre’”, añadió la influenciadora.
Esa situación tocó el corazón de Ali, pues que una mujer de 45 años aprenda a ser más libre gracias a sus videos es satisfactorio.
“Estas señoras tienen sobrinas, hijas, nietas y lo que pueden dar a esas mujeres que están creciendo es tanto, pero tanto. Entonces, saber que puedo darles una nueva perspectiva, a pesar de todo, con la presión con la que crecieron, me llena mucho el corazón”, finalizó.