
Con tan solo 10 años, Lucas Guerrero, exparticipante del programa de Teletica Nace una Estrella, ya camina con pasos firmes hacia un futuro ligado a la música, sin dejar de lado otras pasiones que ha descubierto en la escuela.
Muchos lo recuerdan por su rostro angelical; otros, por esa voz melodiosa capaz de dar vida a géneros poco comunes para su edad, como los boleros y las salsas. Su corazón late al compás de la Sonora Santanera y encuentra inspiración en el inconfundible Vicente Fernández.
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Fueron justamente estas influencias musicales las que lo animaron a presentarse en 2023 al programa de Teletica, en el que brilló hasta alcanzar la semifinal.
Aunque era uno de los favoritos, una experiencia marcaría esa etapa de su vida. Mientras interpretaba Nuestro Juramento, de pronto olvidó la letra. Entre lágrimas, pero con una madurez que sorprendió a los presentes, finalizó su presentación y recibió un abrazo de consuelo de parte del presentador Édgar Silva.
“Pasó un fallo mío y de la banda, todo se confundió y salió mal. Después cuando me dijeron que salí del programa lo tomé con tranquilidad, no me puse mal porque a fin de cuentas, estar en el programa, fue una meta cumplida”, confesó Lucas, con la serenidad de quien sabe transformar tropiezos en aprendizajes.

Un niño guiado por la música y la fe
Lejos de desanimarse, aquel episodio se convirtió en un impulso. Lucas comenzó a estudiar canto en una academia especializada y pronto llenó una agenda de presentaciones en bodas, cumpleaños y eventos varios. Además, a finales del año pasado, se unió a la agencia de manejo artístico y productora Entretenimiento Universal.
Su historia musical, sin embargo, no empezó en un escenario televisivo: germinó en una iglesia, junto a su abuelita Nardy. “Empecé a cantar con mi abuelita a los 5 o 6 años. Aunque cuando tenía como dos años yo ya tarareaba las canciones que cantaba mi abuelita”, recordó.
Hoy, Nardy sigue siendo su principal maestra de canto, junto a su madre Jazmín, quienes son las encargadas de gestionar cada una de sus presentaciones. Ambas para Lucas son sus “mayores apoyos”.
Pero su éxito se lo debe al centro de su vida: Dios. Antes de salir al escenario, reveló, se encomienda siempre a Él, convencido de que cada nota que entona es también una ofrenda.

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Más allá de la música
Además de la música, el pequeño vecino de Desamparados sueña con explorar el mundo de la robótica y la informática, materias que ha descubierto en la escuela y que despiertan en él la curiosidad de un inventor en potencia. Y como si eso fuera poco, recientemente se le abrió otra ventana de interés: la comunicación.
El pasado Día del Niño, el programa de Teletica De Boca en Boca lo invitó a ser reportero por un día. Desde el Museo de los Niños, Lucas transmitió como todo un profesional y compartió pantalla con los presentadores en el estudio.
“Nunca había estado como presentador y para mí fue muy bonito, la pasé superbien. Me gustaría explorar la comunicación”, dijo con entusiasmo.
Cuando no está cantando, su tiempo transcurre entre lápices, legos y partidos de fútbol. Disfruta crear estructuras armables, del mismo modo en que construye su camino en la música.

Un corazón fuerte ante las críticas
Lucas reconoce que mientras los aplausos lo impulsan, los comentarios negativos no tienen cabida en su corazón.
“Si hay comentarios feos no me importan, yo los ignoro”, afirmó el pequeño, quien contó que su madre, encargada de manejar sus redes sociales, procura no mostrarle esas críticas negativas.
“No les hago caso, porque si pienso en eso me puede afectar; entonces prefiero ignorarlos y seguir adelante”, agregó con la firmeza de alguien que ha aprendido a valorar solo aquello que nutre su vocación.
A quienes, como él, sueñan con perseguir sus metas, les recomendó intentarlo sin dejarse vencer por el temor al fracaso. ”Lo pueden lograr, no tengan miedo", añadió.
Lucas agradeció profundamente a quienes han creído en él y continúan llamándolo para llevar música a sus celebraciones. Cada presentación la toma como un regalo y una oportunidad de compartir lo que para él es mucho más que un talento: es su misión.

Para sellar la entrevista con un broche de oro, Lucas obsequió su interpretación de Perfume de gardenias, envolviendo al equipo de La Nación con la sutileza de sus matices y la calidez de una voz joven y firme, muy segura de su potencial.
Si quiere escuchar a Lucas en vivo, el niño participará en el musical de su academia los días 17 y 24 de octubre, que se efectuará en el Teatro Eugene O’Neill, a las 7 p. m.
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