
Deborah Hernani de Oliveira Souza, una joven de 23 años oriunda de Manaus, en Brasil, enfrentó un diagnóstico doble que transformó su vida.
Primero, los médicos le detectaron un tumor alojado en la región lumbar, y poco después confirmaron que padecía leucemia mieloide aguda. El proceso inició con dolores en la espalda baja, atribuidos en un principio a una supuesta mala postura.
La joven era funcionaria pública y estudiante de Derecho. Su rutina diaria combinaba trabajo y clases universitarias. En julio de 2024 comenzó a experimentar un dolor intenso en la parte baja de la espalda. A pesar de la molestia, continuó con su vida habitual, pensando que se trataba de una incomodidad por pasar muchas horas sentada frente a la computadora.
Tras varios días sin mejoría, acudió a un centro médico. Allí, el dolor se relacionó con cansancio cotidiano y se le recetaron analgésicos. Aunque la medicación calmó el malestar de forma momentánea, al día siguiente el dolor regresó con más fuerza.
Su pareja decidió llevarla nuevamente al centro médico, donde se le practicó una tomografía que reveló una anomalía. Luego, un ultrasonido detectó un quiste ovárico de gran tamaño, y el personal de salud atribuyó el dolor lumbar a esa condición. La enviaron de regreso a su hogar.
Al día siguiente, el dolor se intensificó. Su madre la llevó a la emergencia y solicitó su hospitalización para determinar el origen real del problema. En la tarde de ese mismo día, cuando intentó caminar hacia el baño, sus piernas dejaron de responder. Sentía una especie de adormecimiento similar a una calambre, pero no logró recuperar el control.
Los médicos decidieron trasladarla en ambulancia a otra unidad hospitalaria para realizar una resonancia magnética. El examen reveló un tumor alojado cerca de la médula espinal, que estaba comprimiendo sus vértebras y había ocasionado la pérdida de movilidad.
El 4 de agosto, fue sometida a una cirugía de emergencia que duró siete horas. Para el procedimiento se requirieron al menos diez donadores de sangre, aunque al hospital llegaron más de 100 personas en respuesta al llamado de su entorno cercano. El tumor estaba profundamente adherido a sus vértebras, lo que complicó la intervención.

Pese a la cirugía, no recuperó el movimiento en las piernas, aunque los médicos le aseguraron que existía la posibilidad de que eso cambiara con el tiempo. Sin embargo, la situación se agravó con el resultado de una biopsia realizada al tumor extraído: tenía leucemia mieloide aguda.
Este tipo de leucemia afecta las células de defensa del sistema inmunológico, especialmente los leucocitos, y se considera una emergencia médica. Entre sus síntomas más comunes están el cansancio extremo, infecciones recurrentes y hemorragias.
El diagnóstico impactó profundamente a la joven. Según narró, su corazón se alteró y las lágrimas fueron incontrolables. Sus padres ya conocían el resultado, pero no habían encontrado el momento adecuado para comunicárselo.
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Mientras permanecía en la UCI, comenzó su primer ciclo de quimioterapia, lo que desencadenó fiebre, alergias, un cuadro de coma e incluso el inicio de una falla multiorgánica.
Para evitar la muerte de órganos vitales como el corazón, recibió una medicación potente que redujo la irrigación sanguínea hacia sus pies, provocando necrosis y la posterior amputación de los dedos del pie derecho.
Después de un mes en estado crítico, logró estabilizarse. Pasó al área de hospitalización y permaneció allí durante cuatro meses. El 27 de noviembre regresó a su hogar.
Actualmente se encuentra en el cuarto de seis ciclos de quimioterapia. La expectativa médica es que no requiera un trasplante de médula ósea.
Mientras lucha contra el cáncer, también enfrenta la adaptación a una nueva realidad como persona con discapacidad. La movilidad en silla de ruedas continúa siendo un desafío, ya que no ha vuelto a sentir las piernas desde que perdió el movimiento.
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Hernani utiliza las redes sociales para compartir su proceso. Su intención es fortalecer la fe de otras personas y recordar que el cáncer no distingue edades, por lo que recomienda acudir a un médico ante cualquier síntoma persistente.
Aunque reconoce que le cuesta retomar su carrera universitaria, mantiene el deseo de finalizarla cuando sus condiciones de salud y movilidad lo permitan.

*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.