
Una mujer de Cornwall, Inglaterra, identificada como Skye Owen, estuvo a punto de morir luego de que los médicos ignoraron los síntomas de una sepsis mortal y la acusaron de ser “dramática”.
Según relató la joven, de 26 años, en setiembre de 2024 empezó a sentir un fuerte dolor en la cadera después de un fin de semana en el que practicó senderismo, surf y escalada.
Al principio creyó que el malestar se debía a un movimiento forzado durante las actividades físicas, pero el dolor se extendió hasta la espalda baja, lo que la llevó a consultar con un médico.
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“El dolor era una mezcla de molestia constante. Cada vez que daba un paso sentía una punzada aguda que me bajaba por la pierna”, contó la joven al diario The Sun.
En el centro médico, los doctores le indicaron que sufría ciática y la enviaron a descansar a su casa. Aunque el diagnóstico parecía lógico, horas después el dolor se intensificó. Los padres de Owen llamaron al servicio de atención médica urgente del Reino Unido, pero los médicos insistieron en que no era grave.
Tras la insistencia de su familia, un especialista la visitó en su vivienda y repitió que los síntomas correspondían a la ciática. “El dolor ya no se limitaba al movimiento. Era constante y pulsaba desde mi pierna izquierda hasta la espalda”, relató la joven.

Al día siguiente, cerca del mediodía, una ambulancia llegó a su casa para trasladarla de emergencia al Royal Cornwall Hospital. Los médicos realizaron exámenes y le aseguraron que los resultados estaban bien.
“Es aterrador pensar que, si hubiera podido moverme, me habría ido a casa porque me dijeron que estaba siendo dramática”, confesó Owen.
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Finalmente, los especialistas descubrieron que el dolor se debía a una artritis séptica en la articulación sacroilíaca izquierda y en la cadera, que se convirtió en sepsis. Tras el diagnóstico, la joven fue sometida a una cirugía de emergencia y permaneció cerca de un mes en el hospital. Debió aprender a caminar de nuevo y luchar por su vida hasta que recibió el alta médica.

