
Durante diez años, Devyn Aiken ahorró con disciplina quirúrgica para cumplir un deseo que la acompañaba desde la adolescencia. A los 30 años, esta mujer de Filadelfia, Estados Unidos, decidió que era momento de cambiar su rostro: se sometería a una rinoplastia. La cirugía costaba $11.000, pero para ella significaba mucho más que una transformación estética.
En noviembre del 2024, tras una década de esfuerzos y trabajos intermitentes, entró al quirófano del doctor Mark Ginsburg. Cuando salió, algo más que su perfil había cambiado. Dice que, por fin, podía ver con claridad lo que quería. Lo primero que hizo fue pedir el divorcio.
Una vez que la mujer salió del quirófano, los detalles de su proceso de recuperación fueron revelados en redes sociales y algunos medios.
Tan pronto como Devyn pudo salir de la cama, solicitó el divorcio, al asegurar que dos años antes tanto ella como su esposo habían decidido separarse, lo que además la había motivado a practicarse el procedimiento.
Hasta el momento, se sabe que la mujer está esperando que el proceso de divorcio con su pareja culmine, ya que en repetidas ocasiones ha mencionado que ese paso es el que le hace falta para “tener su brillo”.
Una historia de amor que llegó a su fin

Devyn se casó con su pareja cuando tenía 23 años, pero con el paso del tiempo la joven sintió que el matrimonio la había atrapado. Sin embargo, en ese momento dejar a su esposo no era una opción, debido a que ella consideraba que la sociedad la señalaría por hacerlo.
A pesar de ello, prefirió permanecer unida al hombre por alrededor de siete años, pese a que cada vez era más evidente la distancia y las diferencias entre ambos, lo que hacía de su relación una situación complicada.
Dos meses después de que la mujer se realizara la cirugía estética, publicó un video en la plataforma de TikTok en el que mostraba su nuevo departamento, donde según ella tendría un “nuevo capítulo de felicidad y prioridad”.
En ese sentido, la joven subrayó que luego de pasar entre tres y cuatro semanas recuperándose y esperando que la hinchazón de su cara bajara, tuvo tiempo para darse cuenta de que era “suficientemente fuerte” para hacer las cosas sola.