
Matt Riddleston, enfermero británico de 59 años, ignoró señales que terminaron por cambiar su vida.
Fatiga persistente y dolor en la espalda fueron los primeros indicios que atribuyó a un agotamiento físico por trabajo y lesiones relacionadas con el ciclismo. Tiempo después, médicos confirmaron que padecía un cáncer de próstata en fase avanzada.
El diagnóstico llegó en mayo de 2022, tras presentar síntomas urinarios más evidentes. Su médico detectó una próstata endurecida e irregular y ordenó exámenes adicionales. Riddleston, residente en Chelmsford, Essex, y padre de tres hijas, recibió la confirmación por medio de una biopsia, detalló el medio de comunicación Daily Mail.
El profesional trabajó durante 32 años como enfermero oncológico. Reconoció que su experiencia previa con pacientes no lo preparó para enfrentar la enfermedad desde la perspectiva personal.
Cuando recibió los resultados mientras se encontraba en el hospital, un colega notó que se tornó pálido. Riddleston recordó que sintió una reacción física intensa al leer los datos. Sabía que algo no estaba bien.
A pesar del diagnóstico, continúa activo en su profesión. Sin embargo, decidió dejar de atender a pacientes con cáncer de próstata. Explicó que la situación le resultaba muy cercana emocionalmente y prefería enfocarse en otras áreas.
Actualmente, se encuentra en seguimiento médico constante. Reconoció que, si bien existen otras opciones terapéuticas en caso de que el cáncer avance, no se trata de una cuestión de “si” eso ocurrirá, sino de “cuándo”.
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