
La periodista de Teletica, María Jesús Rodríguez, recordó una anécdota que le marcó la vida y que compartió para ofrecer una enseñanza aplicable a cualquier momento de la vida.
Rodríguez comentó su experiencia en Candelilla Club, un lugar donde se unen varias personas para un Storytelling show & Workshops. Ella participó en octubre pasado y el video sobre su intervención salió en redes sociales en forma reciente.
Allí contó que su carrera laboral comenzó a eso de los 18 años con un empleo en mercadeo.
“Años después se me abre la oportunidad de trabajar en lo que podría llamar las grandes ligas. Yo ya estudiaba Periodismo y ya trabajaba en un medio digital. Chivísima, un mundo nuevo. Yo de verdad me sentía en Primera División”, dijo entre risas.
Más adelante, relató que llegó octubre y la empresa anunció una actividad de Halloween. En aquel entonces se le ocurrió una idea para la ocasión y hasta su madre le hizo unas trenzas en su cabello.
“Ya lo tenía todo maquinado en mi cabeza. Me hago la uniceja. Me encaramo las flores. Siempre corporativa y siempre presentable”, siguió con su relato.
Al llegar a la oficina observó el ambiente y notó reacciones distintas a las esperadas.
“Empiezo a ver a todos lados y los veo muy normal. Con antifaces y unas orejitas. Todo muy recatado”. Agregó que ella también lucía profesional, pero reconoció: “Sí, andaba algo más producida”.

Luego, recordó la escena que la marcó. “Continúo el día y siento como en las películas, donde me hacen así atrás en el hombro”. Relató que se volvió y vio a una compañera.
En ese momento hizo una pausa en el relato para reflexionar. “Qué triste, ¿verdad? Las mujeres como a veces somos nuestras peores enemigas entre nosotras mismas”, expresó.
Prosiguió para comentar que la compañera le lanzó una frase que la tomó por sorpresa: “¿Y usted de qué anda?” Rodríguez recordó que dos compañeros estaban detrás observando.
Ella intentó responder con calma, pero la compañera insistió: “Parece que anda de jarrón”.
Rodríguez compartió la reacción que sintió: “Se me hizo un nudo en la garganta. Respiré. Me di la vuelta. Me senté. Seguí trabajando”. Añadió que no logró contener la emoción por completo. “Tengo que admitir que sí me dieron muchísimas ganas de llorar”, reveló,
Con el paso de los años analizó ese episodio desde otro ángulo. “Creo que eso era como la antesala que me estaba preparando a lo que es el mundo laboral”, dijo.
Sostuvo que una persona llega a esos espacios “muy inocentemente y con toda la creatividad al tope” y que, en ocasiones, encuentra figuras “que lo quieren frenar a uno”.
La periodista agregó una reflexión hizo tiempo después: “Le pude haber contestado: ‘Qué inculta, no sabe quién es Frida Kahlo’”.
