“En algún momento, yo llegué a pensar que quería acabar con mi vida”. Esos pensamientos invadieron la mente de Felipe Loaiza, querido periodista y presentador del programa Las Historias, de canal 11, cuando le detectaron una rara enfermedad con la que ha debido convivir desde hace varios años.
El nombre del padecimiento es tan complejo como comprender lo que experimenta el hombre cada vez que tiene una recaída: se trata del síndrome de síncope neurocardiogénico.
Durante años, sus síntomas permanecieron relativamente controlados gracias a una operación en 2018. Ese procedimiento le ayudó a reducir los desmayos que, en su momento, llegaron a ser hasta 60 por día. Hoy vive con un marcapasos y un desfibrilador en el pecho.
En tres años el comunicador deberá reemplazarlos como parte del tratamiento que debe seguir.
Una recaída, el pasado domingo 25 de mayo, le recordó el camino que ha recorrido. Ha superado un pronóstico médico de dos semanas de vida y también ha sentido el cariño de la gente y, sobre todo, ha fortalecido su confianza en Dios y en sí mismo.

Esa recaída provocó 30 desmayos, una convulsión y sangrado por la boca y los oídos. De hecho, está incapacitado durante una semana luego de ser tratado en el hospital.
El oriundo de Orosi, de Paraíso de Cartago, atendió la llamada de este medio para conversar no solo de su episodio más reciente, sino también para revelar cómo, en los momentos más duros, tuvo que sacar fuerzas extraordinarias para enfrentarlos.
Afirma que su trabajo en Las Historias, donde ya acumula casi cuatro años, le ha dado nuevas fuerzas y valentía. También le ha permitido descubrir capacidades que nacen de la pasión por su profesión.
“Increíblemente, un trabajo se convirtió en lo que necesitaba para ser mejor o para fortalecer una parte de mí que estaba débil. Y como amo y disfruto lo que hago, se ha convertido en una medicina también”, explicó.
A continuación la conversación con el comunicador de 33 años:
- Recientemente, usted subió una publicación mostrando “cómo es vivir con una enfermedad rara”, justamente le hago esa pregunta, ¿cómo es su día a día?
Es un reto diario. Es fuerza de voluntad porque en cámara siempre vemos un resultado final, pero creo que todos tenemos situaciones en la vida que el trabajo nos las hacen olvidar, pero cuando lidias con una enfermedad que hasta el no comer bien, el no hidratarte bien o el levantarte mal de una silla o de una cama, te puedes producir un desmayo, conlleva muchos retos.
A veces me dicen, ‘¿Cómo hace para grabar una historia en una montaña?’ Bueno, yo le explico a la gente que si una persona sana dura cinco minutos, yo voy a durar 6, tengo que tomarme mi tiempo. Antes no podía ni caminar 100 metros, hoy he caminado hasta 5 km porque el trabajo me ha hecho tener fuerza, me ha hecho descubrir más valentía y eso no significa que me he expuesto, sino que creo que el trabajo ha sido una terapia y un empujón en la espalda para decir ‘sí podés’. Una enfermedad no es una limitante, es una manera diferente de hacer las cosas… podría decir que soy de los pocos periodistas del país con una discapacidad.

- ¿Cuáles son los síntomas con los que convive?
El síndrome síncope neurocardiogénico es una enfermedad que afecta el corazón y cerebro, produciendo desmayos que normalmente son pocos. La actividad física me ha ayudado en el programa, porque tengo más resistencia.
“Todos los días siento que me voy a desmayar, pero no me desmayo, el marcapasos ayuda a eso. Visión borrosa, a veces no escucho bien, falta de aire, pero ya me conozco y ya no me desmayo".
- ¿En algún momento sintió, aparte del diagnóstico de los doctores, que iba a morir?
A mí, en el hospital público, me dijeron que la enfermedad mía no mataba a nadie, pero que a mí me estaba matando y que me iba a matar. Me dieron un diagnóstico y de hecho me desahuciaron, porque era tan grave que ya no sabían cómo lidiar hasta con los desmayos, porque es un síndrome y los síndromes no tienen cura.
“Yo llegué en algún momento a pensar en que quería acabar con mi vida, porque ya estaba cansado, pesaba como 37 kg, estaba en cama, no podía moverme, no podía caminar, no podía comer y le pedí mucho a Dios que me llevara. Yo quería fallecer porque para mí era lo mejor, porque nunca pensé que iba a poder salir adelante. Es más, pensé que nunca más iba a volver ni tan siquiera a caminar".

- ¿Qué ha sido lo más difícil en este tiempo?
Lo más difícil ha sido creer en mí, valorarme, entender que soy capaz, el tener autoestima, porque después de un proceso tan difícil uno queda con muchos pensamientos en el suelo. Así que eso sí es lo más difícil, saber que la gente me apoya, que ve cosas buenas en uno, porque a veces uno no las ve en sí mismo.
“Hoy no soy soberbio, pero también debo de reconocer que hay cosas muy buenas en este ser humano, que no todo en mí se llama enfermedad. He aprendido a que esta situación no me define como persona, sino los valores, la creencia y lo que haga con lo que estoy viviendo".
- ¿Cómo ha cambiado su vida en los últimos cuatro años?
Ha dado un giro radical, pasé de dudar de mí, de creer que no era capaz, de que nadie nunca me iba a dar una oportunidad por estar enfermo, a conocer al Felipe que hoy sabe que tiene una condición, pero que también sirve, que su mente sigue funcionando, que tiene cualidades, que tiene virtudes y que puede enseñar en medio de su trabajo muchas cosas".
¿Algo más que pudieras agregar sobre esta evolución personal?
He podido cumplir sueños que creí que no iba a poder lograr nunca. Pude montarme en un avión con mi familia, cosa que siempre habíamos soñado y que nunca creímos que se iba a lograr. Me desmayé en el avión, pero todo bien. El sueño se cumplió.
He podido conocer lugares de mi país que algún día me dijeron los doctores, ‘es que ni vas a poder volver a caminar’ y hoy lo he hecho. Yo no hablo desde la lástima, hablo desde que la vida me cambió a luchar todos los días y agradecer.
“Toqué muchas puertas y Repretel ha sido esa puerta que me dijo: ‘creemos en vos y hasta ahora lo estás haciendo bien’. Hoy que presento, edito, grabo y salgo en comerciales, yo digo: ‘Wow, el que alguna vez estuvo en una cama de hospital, hoy lo está logrando".
