El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica puso en manos de Gustavo Fernández Quesada la dirección de Canal Quince UCR, a quien se designó en el cargo desde este 13 de octubre de 2025 hasta el 12 de octubre de 2029.
Fernández, Licenciado en Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo y máster en Comunicación con énfasis en Lenguaje Audiovisual y Multimedia, regresa a su alma máter con un amplio recorrido profesional por instituciones públicas, entre las que se destaca sus 20 años en puestos de comunicación del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop).
A pesar de que en determinados periodos ha estado cerca de la UCR y de canales estatales, su figura es a todas luces la de un outsider, tanto de la casa de estudios como de los medios de comunicación masiva.
Ahora, se enfrenta a un reto sin dudas más que particular y lo hace con expectativas altas para sortear una coyuntura llena de retos en materia de recursos, libertad de expresión y la conformación de las audiencias.
A las afueras de la Universidad de Costa Rica, cerrada por una reciente amenaza de tiroteo, Gustavo Fernández conversó con La Nación sobre el norte que visualiza para el canal, los actuales ataques a la prensa y hasta de la situación del Sinart.
—Aún debe tener mucho por diagnosticar, pero, ¿qué necesidades ha detectado en el canal?
Me encuentro un canal con un talento humano maravilloso, con gente muy capacitada, premios nacionales por producciones impresionantes, con una trayectoria de más de 40 años de crecer y con proyectos interesantísimos de la administración anterior.
”Sin embargo, hay muchos desafíos. Por ejemplo, hay estadísticas del 2023 de que el canal lo ve cerca del 1% de la población, o menos. Entonces, una de mis iniciativas fundamentales es lo que yo he llamado incrementar el protagonismo mediático del canal.
No hay una medición clara de a dónde se está llegando en la cobertura nacional. A esto se suma que la producción del canal a nivel interno no llega al 20%. Eso es imperativo hacerlo crecer. Creo que el canal debería producir más contenidos nacionales, porque mucho se adquiere del extranjero”.
LEA MÁS: Así reaccionó Televisora de Costa Rica al anuncio de subasta de señales de televisión y radio
—En términos más populares, ¿quiere subir el rating?
Sí, aunque el rating es muy relativo, porque muchas veces las empresas que lo hacen lo miden con criterio economicista, de dónde están los compradores. Yo incluso tengo interés en buscar medios alternativos de medir la audiencia. El canal hace una programación muy intuitiva, pero no hay mucha medición del contexto y eso hay que hacerlo.
“Y por supuesto, uno cuando produce un video quiere que la gente lo vea y hasta habla de viralizarlo. Queremos que lo que hacemos lo vea y sea de servicio para mucha gente. Si uno hace cosas de calidad, que durás a veces hasta 6 meses y tenés una audiencia de un 1%... bueno, no queda completo el círculo de la producción”.
—El Semanario tiene una importante presencia en la cobertura nacional, y la radio tiene a ‘Interferencia’, que ha desarrollado reportajes de alto impacto en el país; sin embargo, Canal 15 pareciera flaquear en el eje periodístico ¿A usted le interesa que ese aspecto esté más presente?
—Es un canal que tiene anulada la inmediatez. Y lo logré comprobar esta semana. Yo solo tengo 3, 4 días de estar al frente del canal y esta semana, por ejemplo, se dio la amenaza de tiroteo y el canal no tiene las condiciones para decir: ‘Bueno, saquemos un periodista’. No tiene periodistas. Ese concepto de inmediatez y ese sentido noticioso, que es imperativo en la televisión mundial, el canal lo tiene apartado.
—¿Cómo revertir eso?
—Yo voy a impulsar que haya un noticiario. En primera instancia quisiera coordinar sobre todo con la oficina de divulgación o la escuela de comunicación, para tener una unidad informativa, en el corto plazo. Y en el mediano o largo plazo, hacer un noticiario.
“Es un rol importante, porque, lamentablemente, ahora la televisión y sobre todo los noticiarios están muy plagados de amarillismo y de cosas que no contribuyen al servicio social que debe dar la información y yo creo que un medio público está llamado a cumplir ese rol”.
—¿Cómo repercute a los medios públicos, como el que usted dirige, la crisis que atraviesa el Sinart?
La semana pasada puse mi renuncia al Consejo Directivo del Sinart al que entré en noviembre del año pasado como representante de Conare, porque quiero invertir mis energías en el canal 15. Fui muy crítico de la orientación que tiene el Sinart, no solo derivada de la actual administración, sino que es un tema acumulativo de otras administraciones.
“No solo yo lo creo, lo dice la ley, el Sinart no es un medio para el gobierno, sino para el estado costarricense. Yo venía insistiendo mucho en que se debilitó mucho la radio y el canal de televisión tenía muchos desafíos en términos operativos. El canal tiene grandes desafíos, pero no me corresponde ahora”.
—¿Le preocupa que se proponga cerrar el Sinart?
—Me preocupa, por supuesto. Yo no creo que el canal se tenga que cerrar. A lo sumo, el canal podría ser reconvertido, para que tal vez las universidades públicas intervengan en su administración. El gobierno, con esto de las subastas, se decantó por darle privilegio a quienes tienen el poder económico de adquirir las frecuencias, siendo un bien del estado.
LEA MÁS: Estos medios de comunicación no tendrán que participar en la subasta por bandas de TV y radio
“En ese contexto de debilidad de la participación ciudadana en el control de medios, lo que toca es sacar la cara a través de los medios públicos que quedan. El país y los medios públicos, como el canal 15, tienen que sacar la cara y decir: ‘Bueno, nosotros vamos a cumplir ese rol de compromiso social y de servicio social’”.
—¿Cómo asumir esa responsabilidad pensando en los recursos necesarios para tener mayor protagonismo?
Yo me encuentro un canal 15 que no coloca publicidad, lo cual antes sí se hacía. Tampoco en redes divulga lo que hace. Aquí se hacen cosas de increíble calidad. Hay que colocar iniciativas del canal que se puedan financiar con recursos externos de diferentes actores y que de esa manera el canal pueda crecer. Por supuesto, con el presupuesto de la universidad, pero con otros recursos, donde haya convenios de mutuo beneficio y demás. La articulación con la universidad y con otros actores públicos también es esencial.
—Situándose en ese escenario de lograr ser protagonista en el ecosistema mediático, ¿Está consciente de que actualmente eso conlleva ataques?
La cultura del odio ha venido en crecimiento y eso es claro. A mí me llama la atención que la ventana mía está blindada. Ese es el nivel de paranoia que tenemos por la realidad social que estamos viviendo. Las redes sociales han dado cosas positivas, pero también han acentuado los mensajes de odio y la posverdad.
“Por ejemplo, el canal ha sufrido ataques porque entrevista a Ariel Robles, pero también lo hace con otros candidatos. Las personas que están parcializadas terminan diciendo: ‘Es que son socialistas, son comunistas’. Ahí es donde uno dice que la cultura del odio es totalmente ciega e incentivada a veces por discursos oficiales que son un referente para gente con baja escolaridad y que al final atenta contra la seguridad lógica y física de las personas”.
—¿Y qué criterio tiene sobre los ataques del actual gobierno contra la prensa de los que ya han sido víctimas tanto el Semanario como los periodistas de Interferencia?
—El protagonismo significa adquirir poder a nivel de influencia en la sociedad y el poder siempre trae enemigos y adversarios poderosos. Evidentemente, en estos tiempos hay que llenarse de valentía, y uno como comunicador tiene que saber que está en riesgo, porque no solo es lo que uno dice, sino lo que la gente interpreta.
“Pero yo estoy totalmente dispuesto. Creo que por encima está el bienestar de la población y denunciar lo que no está bien en un país donde el deterioro y la corrupción están impactando en la calidad de vida de muchas personas, generando dolor. El medio de comunicación tiene que decirlo. Si no lo decimos nosotros, ¿Quién lo dice? Ese es el gran reto que tenemos”.
—Hablando de libertad de prensa y expresión ¿Cuál es su opinión sobre, lo que muchos consideran un error del rector Carlos Araya: despedir a Marlon Mora como jefe de comunicación, luego de informar que funcionarios públicos habrían lanzado ataques contra la prensa?
—No podría hablar de si fue correcto o incorrecto, porque no tengo todo el detalle de lo acontecido, la información que yo tengo fue la que leí y supe de los medios. En términos de canal 15, eso no sería posible porque hay independencia editorial. Si eventualmente hay algo que informar sobre la rectoría, yo lo voy a hacer, tanto las cosas positivas como las negativas.
—Mora también afronta un complejo proceso judicial, por una demanda por difamación que interpuso Juan Diego Castro, contra Suave un toque (programa que se transmitía en Canal 15). Da la sensación que desde que esto ocurrió se le cerró la puerta a la sátira política en el canal. ¿Usted piensa retomarla?
—Desde que murió Parmenio Medina, este país sufrió una lesión terrible a la libertad de expresión en cuanto a la sátira y el humor. Suave un toque tuvo buen suceso y fue muy mediático y muy viral. Desconozco si cometieron errores de verificación de la información, pero creo que Costa Rica necesita ese tipo de iniciativas. No lo tengo todavía en agenda, pero me gustaría, y tengo 4 años para hacer algo con humor que tenga fuentes de verificación muy claras, para no volver a incurrir en ese tipo de denuncias.
“Por supuesto que cuando uno hace cosas de humor va a tener adversarios y va a tener gente que interponga factores judiciales. El tema es que eso no prospere”.
—Ya habló de lo informativo, pero, ¿qué visión tiene sobre el papel del entretenimiento en el canal?
—Estoy en una fase de exploración, de ver recursos, de ver clima interno y planificación. Yo no me quiero saltar de un solo todos los estándares y todo lo que se viene haciendo para hacer terapia de choque; no soy impositivo. Pero sí me gustaría, a nivel de entretenimiento, el tema del humor y de hacer producción nacional, en que incluso se pueda interactuar con la gente en las redes.
“Por ejemplo, me interesaría hacer programas de debates, donde haya polémica. Es entretenido ver posiciones en pugna, pero que de esa manera uno aprenda. Además, al canal le hace mucha falta programas estelares, todos están en un mismo nivel. Algo que uno aprende de otros canales es que tenés toda la programación, pero hay programas que se lucen”.
—Antes de su elección, en entrevista para Dominical, el rector expresó que un criterio fundamental para su puesto era la experiencia en medios. No obstante, su carrera ha estado centrada en la comunicación institucional. ¿Cómo toma esto?
—Es que sí la tengo (experiencia en medios). Produje un programa durante tres años en Canal 13 que se llamó La Cope y hace muchos años uno que se llamó Diálogo Social. El último año estuve trabajando en Onda UNED, que tiene sus estudios y todo. He hecho cadenas nacionales, comerciales; nunca he dejado de producir audiovisualmente.
“Y todo lo que producía salía en medios. Tal vez no en Canal 7 o La Nación, pero sí en otros medios, en redes sociales, en medios regionales y demás. Tal vez lo que me hace falta es haberlo dirigido, pero conozco perfectamente todo lo que se trabaja en un medio, porque he estado ahí. El criterio del rector es el criterio de él. Al final la valoración la hace el Consejo Universitario".