
En un domingo de octubre de 2024, la casa de Hellen Kárita Rabelo da Silva se llenó de voces infantiles, risas y platos compartidos.
Mientras celebraba su cumpleaños número 30 en Miracema, una ciudad de 18.000 habitantes en la región metropolitana de Palmas, en Brasil, una niña de 3 años, sentada a la mesa, le dijo algo inesperado: “Nunca había comido en familia. Es la primera vez que comemos en familia”.
Las palabras de la menor reflejaron una dura realidad: junto a su hermano, un bebé de 1 año y 4 meses, había sido separada de su hogar por motivos de seguridad.
Ambos llegaron a la casa de Hellen como parte del programa de acogimiento familiar. Desde entonces, ella se convirtió en su madre temporal, al brindarles atención, seguridad y afecto.
Hellen, estudiante de Trabajo Social, decidió integrarse al programa de Servicio de Acogimiento Familiar Brasileño (SFA) impulsada por su participación en movimientos sociales. Antes de inscribirse, conversó con sus hijos biológicos, Alan Félix de 12 años y Alane Gabriela de 7, quienes apoyaron la decisión.
Durante el proceso, Hellen también atravesó su propio embarazo y dio a luz a su hija Ayla Emanuelle mientras cuidaba a los menores acogidos.
Uno de los casos más difíciles fue el del bebé, hijo de una mujer con adicción a las drogas. Hellen relató que el menor debió ser sometido a un mes de desintoxicación. Durante ese tiempo, lloraba constantemente, sudaba y no conciliaba el sueño. Solo después de ese periodo, los menores lograron adaptarse y sentirse protegidos.
La convivencia duró cuatro meses, hasta noviembre. Hellen sabía desde el inicio que no podría adoptar a los menores. La separación fue dolorosa.

Ambos hermanos fueron enviados a un albergue. Ella desconoce si regresarán con su familia biológica o si serán adoptados por otra.
Durante esos meses, sus hijos biológicos crearon lazos con los niños acogidos. Los trataron como hermanos y les cantaban para calmarlos. Según Hellen, el principal aprendizaje fue descubrir hasta dónde puede llegar el amor, incluso hacia quienes no nacieron en su vientre.
La madre alentó a otras personas a sumarse al programa. Afirmó que brindar amor a quienes más lo necesitan no tiene comparación ni recompensa material.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.