New York Times centró su atención en Costa Rica como destino turístico, esta vez con un enfoque distinto. Presentó una guía para descubrir paisajes diversos con un presupuesto amigable a la billetera, ya que, según su artículo, el país “es popular pero cada vez más caro”.
Elaine Glusac fue la periodista encargada de adentrarse en el país durante seis noches. Contó que cambió su viaje en dos ocasiones. Primero planificó su llegada en febrero, luego en mayo y, por último, visitó Costa Rica en setiembre. Allí surgió su primer consejo: viajar en temporada baja aunque coincida con la época lluviosa. Esa decisión permite precios más bajos y mayor disponibilidad.
“Costa Rica se ganó la reputación de ser un destino caro en los últimos años, sobre todo a raíz de la transformación que los complejos turísticos de lujo supusieron en la provincia de Guanacaste”, afirmó al inicio del reportaje.
En el texto dio consejos a los viajeros. En esta ocasión visitó bosques nubosos, cascadas, playas, fincas cafeteras y parques nacionales, aunque, según escribió, no fueron los más populares.
Su recomendación fue desplazarse por carretera, aunque requiera paciencia. No sugirió hacerlo por aire, ya que el costo es más alto. Además, lanzó una advertencia sobre el tráfico costarricense.
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“La mayoría de las carreteras tienen límites de velocidad de entre 40 y 60 kilómetros por hora. Inevitablemente la persona se encontrará en una fila de tráfico detrás de camiones que suben con esfuerzo. Las direcciones a menudo no están numeradas, lo que dificulta dar indicaciones”, escribio la periodista de Times. Por esa razón, su guía fue la aplicación Waze.
En resumen, sus primeros consejos fueron estos: viajar en temporada baja, desplazarse por tierra y asegurarse de que el carro alquilado cuente con una aplicación de navegación GPS.
Destinos elegidos y sus costos
La reportera se adentró en destinos que la maravillaron por la naturaleza y también por algunos costos altos. Narró cada día de su recorrido y ofreció a sus lectores una probada de los hoteles, las vistas y el dinero que gastó durante el viaje.
El primer destino que eligió fue Hacienda Doka, una finca cafetalera donde observó el proceso del café y visitó un jardín de mariposas. Lo que llamó su atención fue el precio de una bolsa de café. Pagó $18, es decir ¢9.000.
Luego visitó el Parque Nacional Volcán Poás. Allí, añadió dos consejos nuevos: levantarse temprano en temporada lluviosa y reservar las entradas en las páginas web de los parques nacionales.
En cuanto a los bosques nubosos, eligió la versión alternativa a Monteverde y viajó a San Gerardo de Dota, donde cumplió una de sus mayores expectativas: observar quetzales. Para ello contrató un guía turístico y pagó $102 por dos horas, aproximadamente ¢51.000.
En su recorrido por las playas, visitó Dominical. Le agradó su acceso directo al mar y su poca afluencia. Allí realizó observación de ballenas. Cerró su viaje en el Parque Nacional Manuel Antonio, bajo lluvia. Según comentó, ese detalle fue “un pequeño precio a pagar por un ahorro considerable”.
