
En junio de 1982, Blade Runner se estrenó en los cines de Estados Unidos con una inversión de $30 millones, una historia basada en la novela de Philip K. Dick y el respaldo de nombres reconocidos en Hollywood. Todo indicaba un éxito. Sin embargo, recaudó apenas $6 millones en su primer fin de semana y fue retirada de las salas en menos de dos meses.
La trama sigue a Rick Deckard, un expolicía que debe cazar replicantes, humanos artificiales fugitivos, en una Los Ángeles distópica ambientada en 2019. A pesar de sus ambiciones narrativas y estéticas, el filme fracasó en conectar con el público y la crítica en su estreno.
Un rodaje lleno de conflictos
La producción enfrentó fuertes tensiones entre el director y los productores. Preocupados por la complejidad de la historia, los ejecutivos exigieron incluir una narración en off, que Harrison Ford interpretó sin entusiasmo. También impusieron un final feliz ajeno a la visión original de Ridley Scott. Estas decisiones intentaron hacer la película más accesible, pero no evitaron el desastre comercial.
Durante su primera etapa en cines, Blade Runner solo recuperó $17 millones, una cifra muy por debajo de lo esperado.
Una competencia imbatible
El estreno coincidió con uno de los años más competitivos en la historia del cine. E.T., el extraterrestre, dirigida por Steven Spielberg, dominó la taquilla con un mensaje positivo y emotivo. En contraste, Blade Runner ofreció un mundo oscuro, con lluvia constante, personajes ambiguos y una atmósfera opresiva.
Ese mismo año se lanzaron títulos como Star Trek II: La ira de Khan, Conan el Bárbaro, Poltergeist, La Cosa y Reto al destino. Frente a esa competencia, una propuesta melancólica como Blade Runner resultó difícil de digerir para las audiencias.
La prensa especializada criticó duramente la película. Entre las opiniones más influyentes, destacaron cuestionamientos por su ritmo lento, personajes poco desarrollados y una narrativa que priorizaba la estética sobre el contenido. Ridley Scott conservó una crítica negativa de Pauline Kael, de The New Yorker, enmarcada en su oficina como recordatorio.
El resurgimiento gracias al VHS
En 1983, Warner Bros. distribuyó la película en VHS y Laserdisc, lo que permitió una nueva evaluación alejada de la presión comercial. La audiencia comenzó a valorar su diseño visual, su atmósfera futurista y su enfoque filosófico.
Para 1989, se convirtió en uno de los Laserdisc más vendidos por Criterion Collection.
Las publicaciones especializadas empezaron a publicar nuevas reseñas positivas, mientras la película ganaba estatus de cinta de culto entre cinéfilos y fanáticos de la ciencia ficción.
Versiones que reescribieron su legado
En 1990, una versión sin voz en off ni final feliz fue proyectada por error en un festival. El impacto fue inmediato. Esto impulsó la creación del Director’s Cut en 1992, que eliminó la narración, agregó una secuencia onírica del unicornio y consolidó un enfoque más ambiguo. La pregunta sobre si Deckard era un replicante se volvió central en la interpretación.
En 2007, Ridley Scott lanzó el Final Cut, versión definitiva que controló completamente. Introdujo nuevos efectos y ajustes digitales. Esta edición afirmó su reputación como una de las películas más influyentes del siglo XX.

Reconocimiento tardío y legado eterno
En 1993, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos seleccionó Blade Runner para el Registro Nacional de Cine por su valor cultural, histórico y estético.
La cinta introdujo el género ciberpunk en la cultura popular, influyó visualmente en películas como Matrix y dejó huella con elementos como la banda sonora de Vangelis y el famoso monólogo de Roy Batty sobre “lágrimas en la lluvia”.
El éxito en el mercado doméstico permitió la existencia de múltiples versiones para análisis. En 2017, Blade Runner 2049, dirigida por Denis Villeneuve, buscó continuar la historia. Sin embargo, también fracasó comercialmente con pérdidas estimadas en $80 millones.
Hoy, Blade Runner representa uno de los casos más notables en el cine: de fracaso a clásico inmortal.

*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.