Le genera un sentimiento de tristeza, pero al mismo tiempo de alegría.
Este 9 y 11 de agosto, cuando se realice el VI Concierto de Temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), el maestro uruguayo José Serebrier se despedirá para siempre de los músicos costarricenses.
“Me da nostalgia. Será la última vez. Pero bueno, hay sus razones. Todavía tengo mucho trabajo que realizar en otras latitudes, giras internacionales en China, Europa y varios lugares más”, comenta Serebrier con una dulce sonrisa.
Haciendo yunta con la OSN, en el 2013 Serebrier se presentó en el Festival de Miami y también en el Festival Internacional Cervantino, en México. Su participación más reciente en el país fue para inaugurar la Temporada Oficial 2018, y un año después regresa para poner fin a sus aventuras musicales en Costa Rica.
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“Me voy con la satisfacción de haber conocido a grandes talentos en Costa Rica. Su calidad es muy buena, el tico es muy musical. Siempre que me presenté con ellos, donde fuera, recibí grandes comentarios”, añadió el octogenario hombre, ganador de múltiples premios Grammy.
Pero Serebrier sigue adelante y no piensa detenerse. Convencido de que a su edad aún tiene mucho por aportar a la música, el uruguayo habló con Viva sobre el concierto de este fin de semana, sus actuales proyectos y las metas que aún sueña alcanzar.
–Usted tiene 80 años y dice que se despide de la OSN pues tiene múltiples compromisos internacionales. Se ve que, al menos por ahora, no piensa en el retiro.
–No, los músicos no se retiran. Los deportistas se retiran, y quizá los músicos que trabajan con instrumentos de metal. Pero mi esposa, por ejemplo, es cantante de ópera y lo sigue haciendo bastante bien. Plácido Domingo sigue cantando y no va a parar, solo hasta que lo paren.
–Sería igual con usted, hasta que lo detengan.
–(Se ríe) Bueno sí, sí ya comienzo a tener muchos errores ahí si, toca parar. Pero la dirección de orquesta es como el vino, madura, necesita experiencia para que fluya de mejor manera.
–Usted no solo se despide de la OSN con este VI Concierto de Temporada, sino que en esta ocasión decidió no cobrar honorarios. ¿A qué se debe ese detalles? ¿Por qué ese trato preferencial a Costa Rica?
–He sabido de la situación económica que atraviesa el país, lo de la aplicación del IVA y varios cosas más. Se que ha creado algunas dificultades. Por esa razón me ofrecí a dirigir gratuitamente.
“Además se trata de un gesto con esta magnífica orquesta, que es reconocida en todo el mundo como la mejor de la región centroamericana. Le guardo respeto y cariño. Para mí representa esta nación que no tiene ejército, que en cambio dedica esos recursos a la cultura y que termina convirtiéndose en un ejemplo para el mundo”.
–¿Es la primera vez que tiene ese gesto con alguna orquesta?
–Bueno, yo he dedicado parte de mi carrera a la proyección social. He realizado varias giras y eventos especiales para recaudar fondos benéficos. Por ejemplo, hice un concierto para restaurar un teatro en Uruguay que estaba en ruinas y, dentro de unos días, en Nueva York habrá una cena para ayudar a chicos uruguayos de pocos recursos.
–Usted ha ganado ocho premios Grammy ¿Qué significa para obtener esa afamada estatuilla? ¿Le genera algún tipo de satisfacción o le es indiferente?
–Es interesante. En la música popular ganar un Grammy significa vender millones de copias de tus discos, en la música clásica, en cambio, significa solo que ganaste un Grammy (se ríe).
“Pero no, no solo es eso. Ganar un Grammy significa que uno es apoyado por sus colegas, porque los que votan por uno son colegas. Así que el hecho de que tus colegas respeten tu trabajo, significa mucho para mi”.
–A sus 80 años, ¿tiene todavía metas por alcanzar? ¿Tiene algún sueño en la música?
–Que los niños y los jóvenes se conecten con la música clásica. En varios países el público que tenemos es solo mayor de edad, los padres no llevan a sus chicos a los conciertos. Es una mi sueño es cambiar eso.
–Hablemos del concierto y de la elección del repertorio. ¿Qué escucharemos este fin de semana?
–Casi todo lo que escucharemos son piezas que yo he arreglado de otros autores. Por ejemplo de Bizet (Andante Cantábile) y Nadie más que el corazón solitario, de Tchaikovsky.
"También existe una pieza costarricense, Suite Antígona de Carlos Enrique Vargas y algunas composiciones propias, como Adagio y El último tango del amanecer, que no es tango para bailar, pero sí para soñar. Es una interesante y atractiva combinación, ojalá que vaya mucho público, ojalá mucho público joven. Sería un halago que fuese así”.
Detalles del concierto
Viernes 9 de agosto
Hora: 8 p.m.
Domingo 11
Hora: 10:30 a. m.
Lugar: Teatro Nacional.
Valor de las entradas: Entre los ¢6.000 y ¢25.000.
Sitio de venta: www.teatronacional.go.cr y en la boletería del teatro.