La vida es de cambios, de proponerse metas, de llegar a la cima y ser consciente de que siempre habrá más montañas que escalar. Esas son parte de las lecciones del músico, compositor y cantante costarricense Madrigal, antes conocido como Fofo Madrigal, quien durante el año pasado aprendió -como muchos en el mundo- a valorar aún más las oportunidades y las pruebas del camino.
Por tales motivos Madrigal emprendió una nueva etapa artística y, actualmente, se presenta como solista tras ser varios años una de las figuras del grupo Los Ajenos.
Madrigal tiene un mensaje muy positivo en su propuesta musical. El músico es firme en sus convicciones y se presenta con su canción debut y su respectivo video, como una opción para llenar al público de buenas vibras.
Yo ya no sé perder es esa pieza con la que se presenta al mundo, ya no como el saxofonista enérgico que pegaba brincos en una tarima, sino como un músico mucho más maduro que interpreta varios instrumentos y que desata pasiones con el canto y la composición.
“Fue una canción que nació justo antes de que muriera papi (en junio del 2021). Venía escribiéndola antes de ese proceso, pero luego no fue como una especie de duelo, sino como un agradecimiento y el entendimiento de una persona que ve lo bueno en todo lo malo, que ve una oportunidad en un error, un crecimiento en un aprendizaje”, explicó Madrigal sobre la letra y el sentimiento de la canción, cuyos sonidos suenan a pop rock.
El cambio de estética también es muy importante para Madrigal, ya que la parte visual refleja mucho de lo que quiere expresar por medio del arte. El clip de Yo ya no sé perder es algo así como una presentación oficial en sociedad; las tomas del video muestran a Madrigal en diferentes situaciones mientras interpreta la canción, con colores pasteles y la moda vintage tanto en la ropa como en los entornos.
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“Está muy de moda trabajar con una estética de los años 70 y ligarla a los colores. Esto refleja mucho también de lo que soy, porque soy el menor de mis hermanos y crecí con unos papás muy adultos a los que vi disfrutar de la música. En cuanto a los sonidos de la canción traté de que tenga matices viejos con el piano vintage, la batería y la guitarra”, explicó el artista.
Madrigal promete que presentará canciones nuevas al menos cada dos meses y que para mediados de año, cuando viaje a Europa, ya tendría listo un disco corto con varios de esos temas.
“He aprendido y descubierto muchas cosas sobre mí, como por ejemplo cantar solo, o tener un proyecto siendo yo la cara y poner a la gente a bailar y cantar. Ha sido todo un laboratorio en el que he estado trabajando desde mayo”, agregó.
Tiempos de cambio
El 2021 será recordado por Madrigal como un año de decisiones y muchas pruebas, que lo llevaron a sacar lo mejor de sí mismo, tanto en el ámbito artístico como el personal.
A inicios del año tomó la decisión de separarse de Los Ajenos, grupo con el que había trabajado por casi 12 años, donde creció como músico y también como empresario, ya que entre sus funciones estaban la representación de la banda, mercadeo, producción y temas administrativos.
“Los Ajenos fue un proceso lindísimo del que me siento muy orgulloso (...) Había mucho que no había mostrado de mí, por supuesto que soy el saxofonista, el mae que brinca en tarima, esa es una parte de mi personalidad; pero creo que el público no había podido ver una faceta diferente y eso es lo que quiero mostrar ahora con mi música”, contó.
Sobre su salida de Los Ajenos, Madrigal narró que además de su deseo de crecimiento, sus valores y creencias fueron determinantes para dar el paso de cambio.
“Mis gustos, mis valores, mis necesidades y creencias, muchos temas trascendentales no estaban alineados con el proyecto. No era congruente. Todos cambiamos y yo vengo cambiando muchos aspectos desde hace un tiempo”, dijo.
-¿Cuáles son esas creencias?
-Para mí es muy importante el crecimiento en el aprendizaje sobre el feminismo, la equidad de género, la visión de género a la hora de dirigirse al público, de componer. Entiendo fuertemente la problemática que están viviendo las mujeres y las minorías; estoy muy sensible y empático, aprendiendo mucho, deconstruyéndome y entendiendo que mi rol como comunicador puede ser determinante en una sociedad que necesita un consumo más consciente. Soy más consciente de lo que digo, cómo lo digo y lo que afectan las palabras y la música en el entorno. Hay cosas con las que hoy no estoy de acuerdo y tal vez hace 10 años sí.
Ese cambio artístico y de pensamiento también se vio influenciado por la muerte del papá de Madrigal, que sucedió también el año pasado.
“Mi papá falleció el 4 de junio. La pandemia, además, es una radiografía que nos puso a prueba en muchos sentidos y la situación de mi papá ni se diga. Él estuvo en fase terminal antes de morir de cáncer desde agosto del 2020 y murió en media pandemia, imagínese el aprendizaje en temas como el agradecimiento, valorar cada momento y la contemplación de poder disfrutar de pequeños detalles, de la vida conscientemente, de estar presente para mi familia. Disfruté a papi todo lo que pude antes de la enfermedad y durante el tiempo que estuvo enfermo la pasé con él”, narró.
Con respecto al arte, Madrigal decidió quitarse los miedos y las etiquetas. Se aventuró a intentarlo en facetas que siempre le han atraído como el canto y la composición.
“Sin lugar a dudas todo lo que he escrito alrededor de lo de papi es una catarsis, estoy muy consciente de lo que escribo. Ahora entiendo que la vida se va rápido y que hay que vivir el ahora. La canción no es una pieza triste, fue un desahogo, pero también un aprendizaje alrededor de perder a una persona tan querida. Antes tenía miedo a la muerte, ahora la entiendo, la acepto y la abrazo”, concluyó el artista.