
Julio Alcázar, una de las figuras más emblemáticas de la actuación en Venezuela, falleció este 2 de agosto a los 82 años de edad. El actor destacó en varios ámbitos interpretativos, pero la faceta que lo hizo públicamente reconocido fue su incursión en la época dorada de las telenovelas venezolanas.
Gustavo Duque, el alcalde del municipio Chacao, donde falleció Alcázar, confirmó la noticia del deceso del actor, a través de sus redes sociales.
“Con mucho pesar, nos unimos al duelo que embarga a la familia de nuestro vecino y amigo Julio Alcázar, quien deja una huella imborrable para todos los venezolanos que conocimos su trayectoria como actor y director de teatro y televisión”. Así lo expresó Duque en una publicación de Instagram. No obstante, la causa del fallecimiento aún no se ha dado a conocer.
Viviana Gibelli, famosa actriz y presentadora venezolana, fue una de las figuras que lamentó públicamente la muerte del artista. Gibelli compartió en sus redes sociales el video de una escena que compartió con Alcázar.
“Descanza en paz, querido Julio. Siempre estarás en el corazón de quienes tuvimos el honor de trabajar contigo y disfrutar tu amistad. Un abrazo fuerte a toda la familia en tan difícil momento. Vuela alto”, escribió.
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Trayectoria de Julio Alcázar

Alcázar nació en La Coruña, España, y se nacionalizó venezolano. Comenzó su carrera actoral a los 17 años en Caracas, en la obra La casa de la troya, presentada en la Hermandad Gallega.
Desde entonces, su vínculo con las artes escénicas no se detuvo. Fue fundador del Grupo de Teatro Rosalía de Castro. Además, participó en montajes memorables como La corbata, Muy alto, muy rubio y muy muerto y La novicia rebelde. Lo que lo consolidó como uno de los principales impulsores del teatro caraqueño.
Su versatilidad lo llevó también a la televisión, donde alcanzó fama nacional en telenovelas emblemáticas como Las Amazonas, Estefanía, Ka Ina y Gata Salvaje, en las que interpretó personajes complejos y de fuerte carga emocional. Su talento no pasó desapercibido y le valió el respeto del público y la crítica especializada.
En el cine, Julio Alcázar participó en producciones como Cangrejo (1982), dirigida por Román Chalbaud, Muerte en alto contraste (2010) y El hijo del Presidente (2018). Su capacidad de adaptación a distintos formatos le permitió mantenerse vigente durante décadas.
A lo largo de su carrera, fue merecedor de múltiples reconocimientos. Algunos de ellos otorgados por la Asociación de Críticos de Radio, Cine y Televisión (ACRIM) y la Asociación de Cronistas de Arte (ACCA), que lo distinguieron como uno de los actores hispanohablantes más sobresalientes de su generación.