La prestigiosa actriz británica Joan Plowright, reconocida tanto en el teatro como en el cine y viuda del emblemático actor y director de cine Laurence Olivier, murió a los 95 años, según confirmó su familia el 24 de enero.
Joan, quien fue esposa del célebre Olivier desde 1961 hasta la muerte del aclamado intérprete, en 1989, dejó un legado imborrable en la industria cinematográfica con roles destacados en películas como Las crónicas de Spiderwick (2008), Daniel el travieso (1993) y Enchanted April (1991).
Sus interpretaciones en el telefilme Stalin, en el papel de la mujer del estadista ruso, y en Un abril encantado, le valieron sendos Globos de Oro en 1992. Por esta última película fue nominada al premio Óscar a la mejor actriz de reparto.
Plowright nació en Brigg, en el norte de Inglaterra, en octubre de 1929.
Comenzó su carrera como actriz teatral a finales de los años 1940, con una veintena de interpretaciones, entre ellas La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, en 1986, hasta que dejó de subirse a los escenarios en 2003.
En el cine interpretó una treintena de películas, desde los años 1960 hasta su último papel en Las crónicas de Spiderwick en 2008.
Antes de su fama internacional, Plowright brilló en los escenarios de West End en Londres y Broadway en Nueva Yor, consolidándose como una figura esencial del teatro. Su rol junto a River Phoenix en Amarte hasta la muerte también es uno de los puntos altos de su carrera cinematográfica.
La familia reveló que Joan “falleció en paz rodeada de sus familiares en Denville Hall (una residencia para artistas) a la gloriosa edad de 95 años”.
El comunicado familiar también destacó: “Su brillante carrera será recordada por muchos, y su maravilloso ser siempre será celebrado por sus hijos, Richard, Tamsin y Julie-Kate, sus familias y los muchos amigos de Joan”.
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Plowright se casó con Laurence Olivier en 1961, en una unión que se convirtió en la sensación de ese año y perduró hasta la muerte de él, en 1989. Antes de esa pareja, estuvo casada con Roger Leonard Gage desde 1953 hasta 1960.
La actriz deja tras de sí un gran legado artístico y personal, recordada no solo por sus icónicos papeles en pantalla, sino también por su impacto perdurable en las artes escénicas. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para actores y admiradores alrededor del mundo.