La comunicadora Marianela Valverde compartió la experiencia más intensa y desafiante de su vida: el nacimiento prematuro de su hija Macarena, ocurrido el pasado 14 de junio, tras un embarazo de alto riesgo por trombofilia que puso en peligro la vida de ambas.
Durante las últimas semanas de gestación, Valverde presentó fuertes contracciones. A los siete meses debió ser hospitalizada por tres días, aunque fue dada de alta. Sin embargo, los dolores continuaron en su casa, sobre todo por las noches.
“Pasé noches terribles. Trataba de aguantar lo más posible porque quería llegar a las 33 semanas. Preparaba duchas, masajes, agua, todo lo necesario para sobrellevar las contracciones”, recordó la presentadora.

Una conversación con una amiga la hizo reaccionar. “Ella me dijo que no debía soportar tanto dolor porque podía ser peligroso. Me entró miedo, pensé en la vida de mi hija y decidí ir al hospital”, relató.
Al llegar a emergencias, el equipo médico confirmó que su situación no podía esperar más. Debido a la trombofilia, aún no habían pasado 24 horas desde su última dosis de anticoagulantes, lo que obligó a realizar la cesárea bajo anestesia general.
Fue en ese momento cuando los especialistas advirtieron que contaban con un margen de apenas dos minutos para salvar la vida de Marianela y extraer a la bebé sin que ambas sufrieran consecuencias fatales.
El nacimiento fue acelerado y distinto a lo que la pareja había imaginado. “Todo pasó muy rápido, no hubo fotos ni videos como esperábamos. No pude conocer a Macarena hasta el día siguiente, pero lo importante es que salimos bien”, comentó.
Macarena permaneció 18 días en cuidados intensivos debido a su bajo peso, pero evolucionó favorablemente. “Ha sido una niña muy sana. Hoy disfruto cada instante a su lado”, expresó conmovida.
Valverde también relató que la atención de una niña prematura implica desafíos diarios, como cólicos y dificultades digestivas. Junto a su esposo, Juan, organiza turnos nocturnos para atenderla, mientras reciben el apoyo de su familia y llevan terapia psicológica para afrontar la carga emocional.
Este episodio, asegura, cambió por completo su forma de ver la vida.
“Estoy aquí porque Dios lo permitió y porque los médicos actuaron con una precisión impresionante. Dos minutos bastaron para que todo se definiera. Nada en este proceso fue sencillo, pero lo volvería a vivir con tal de tener a Macarena. Ella es nuestro milagro”, concluyó.