
Jim Carrey se convirtió en uno de los rostros más reconocidos de Hollywood por su humor desbordante y su éxito comercial. Sin embargo, detrás de uno de sus personajes más recordados, el Grinch, se escondió una experiencia que el actor calificó como la más difícil de toda su carrera.
El actor recibió $20 millones por protagonizar El Grinch (2000) y, a pesar de eso, casi abandonó el proyecto en plena filmación. A 25 años del estreno, el propio intérprete explicó por qué consideró devolver el dinero y renunciar.
El filme dirigido por Ron Howard se convirtió en un éxito mundial de taquilla. Recaudó cerca de $350 millones y ocupó el sexto lugar entre las películas más vistas de su año. La producción consolidó su estatus como clásico moderno del cine navideño. Igualó el cariño del público por la versión animada de 1966, basada en la obra de Dr. Seuss.
Durante un evento conmemorativo por el aniversario 25, organizado por el sitio Vulture, Carrey participó junto al director y el productor Brian Grazer. En ese espacio, el actor señaló que este fue el trabajo más sufrido de su trayectoria.
El principal problema fue la caracterización del Grinch. El proceso implicó horas diarias en maquillaje. Incluía pintura verde y prótesis faciales. La máscara cubría por completo su nariz. Eso le impedía respirar con normalidad. El equipo enfrentó dificultades para abrir conductos que permitieran el paso del aire. Por esa razón, el actor respiró por la boca durante gran parte del rodaje.
En medio de esa conversación, Rich Baker, responsable de maquillaje y efectos especiales, recordó el monto del contrato. Indicó que el estudio exigía que Carrey se viera como el personaje original.
Baker explicó que la historia no giraba alrededor del actor. El objetivo era respetar la esencia del personaje del cuento. Por eso, la transformación física resultaba indispensable para la película.
El salario no sorprendió a la industria. En la década de 1990, Carrey encadenó éxitos consecutivos. En 1994 estrenó Ace Ventura, La máscara y Dos tontos muy tontos. Un año después participó en Batman como el villano Acertijo.
Más adelante protagonizó Mentiroso mentiroso, El show de Truman y Man on the Moon. En estas dos últimas aceptó reducciones salariales para facilitar los proyectos. Buscaba reconocimiento crítico y premios.
Con ese historial, los productores de El Grinch asumieron que debían pagar una cifra elevada. Sin embargo, el dinero no alivió el desgaste físico. El vestuario causaba picazón constante y el maquillaje prolongaba jornadas extenuantes.
El propio Carrey relató que, en el primer día de rodaje, comunicó a Grazer y Howard su intención de renunciar. Aseguró que devolvería el pago con intereses. Para evitarlo, la producción tomó medidas excepcionales. Contrató a un especialista vinculado al entrenamiento de fuerzas especiales de la Marina de Estados Unidos. Su función fue ayudar al actor a controlar la respiración.
También ajustaron el calendario de filmación. Redujeron el tiempo de maquillaje a cerca de tres horas. Aun así, el alivio principal llegó por otra vía. Carrey explicó que la música de los Bee Gees lo ayudó a sobrellevar el proceso. Escuchó todo el catálogo del grupo durante las sesiones. Destacó el efecto positivo de su estilo alegre.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
