Cuando la palabra influencer apenas empezaba a sonar, las redes sociales comenzaban su explosión mediática y “ser viral” era algo extraño, una figura explosiva, polémica y llamativa irrumpió en las páginas de farándula de Costa Rica: Alex Badilla
Desde que comenzó a ser reconocido, el maquillista mostró su personalidad impetuosa y su personaje disruptivo logró el cometido: que hablaran de él, para bien o para mal, pero que hablaran.
De maquillista pasó a cantante y, aunque a muchos les doliera —y les molestara—, su canción Voy a brillar (2017), en su semana de estreno, alcanzó el puesto número uno de la lista Los 50 más virales de Costa Rica de Spotify. Una vez más, los medios y la gente hablaban de él.
En medio de la alegría por los buenos resultados de su debut como artista, Alex protagonizó una polémica que se hizo viral en el entonces Twitter.
En sus publicaciones ofendía a varios usuarios que lo criticaron y de nuevo estuvo en boca de todos.
Un par de años más tarde volvió a acaparar notas y titulares de prensa. En el 2020 se maquilló, se puso un traje rosa, zapatos de tacón alto y, como una rubia despampanante, intentó hacer casting para Miss Costa Rica. Y aunque no pudo concretar lo que quería -por el reglamento del concurso-, otra vez las miradas y las noticias estaban puestas sobre él.
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Han pasado más de cinco años desde aquel bullicioso capítulo. La vida de Alex ha cambiado mucho, ya no se escucha tanto sobre él, mucho menos ha sido protagonista de polémicas. ¿Qué ha pasado con este personaje en estos tiempos? ¿Por qué le bajó el tono a su intensa fama?
En entrevista con La Nación, este empresario, artista y maquillista abrió su corazón para contar cómo la fama acelerada le afectó de manera profunda su vida, sus relaciones y hasta su salud.
Después del efecto mediático, de una vida acelerada, de polémicas y hasta de haberse enfrentado a una complicada situación de salud causada por el consumo de licor, Alex vive hoy con la batería al máximo, pero desde otro ámbito.
Badilla asegura que su realidad actual lo tiene muy contento: vive solo, tiene una cadena de salones de belleza, sigue dando espectáculos artísticos, se mantiene sobrio y, sobre todo, está en paz consigo mismo.
La exposición, la depresión, el licor: todo lo que vivió Alex Badilla
Para Badilla, quien creció en un hogar muy cristiano, como él mismo lo define, ser libre y expresarse en redes sociales, mostrar su realidad y empoderarse, era algo que lo tenía feliz.

Llegaron para él muchos logros, entre ellos el éxito en redes sociales, su canción en Spotify y hasta una sesión de fotos para la revista Playboy (México). Sin embargo, todo esto provocó ataques en su contra.
“La gente no entendía quién era Alex Badilla: que si quería ser hombre, que si quería ser mujer, que si era irreverente, que no identificaba a la comunidad gay, que avergonzaba a la sociedad y al país”, recordó sobre los comentarios que recibía en su contra en aquellos tiempos.
Precisamente, recibir todos esos señalamientos lo llevó a caer en una fuerte depresión. Aunque él sabía quién era y el fondo de sus intenciones, no pudo controlar cómo se sentía cuando leía mensajes que veía como ataques.
“Lo que quería era salir al mundo y decir: ‘Este soy yo, quiero vestir así, quiero maquillarme, definirme como un género fluido, que me siento bien con mi masculinidad y con mi feminidad’. Pero pensaban que no me estaba aceptando, que era alguien que hacía el ridículo y avergonzaba a la comunidad”, manifestó.
Siempre defendió su punto de vista y su posición, pero, en cambio, asegura que “recibía más odio y las críticas eran malas”. Contó que incluso llegó a recibir amenazas que lo afectaron en su salud mental. Dijo que llegó a tener miedo de salir a la calle, de mostrarse como es, de publicar fotos y videos.
“Ahí empecé a agarrar el alcohol como un amor”, dijo.
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El licor, contó, lo “sacaba de ese lugar tan feo que eran las redes sociales”. Lo hacía sentir que “podía maquillar la vida”, pero no, descubrió que tomar fue progresivo hasta que el alcohol le provocó una enfermedad en el hígado que casi lo lleva a la muerte.
Estuvo internado tres meses en el hospital. “Le pedí a Dios que si me cumplía salir de ahí, que no iba a volver a tomar. Que iba a ser feliz, a valorar la vida, a vivir sin el miedo al qué dirán, pero no de una manera irreverente, sino una desde el amor”, aseveró.
Durante el tiempo que estuvo internado, la vida en torno a Alex cambió en muchos sentidos. “Ese momento de mi vida fue un parte aguas. Además de lo que pasé en el hospital, perdí a amigos en las drogas y en el alcohol, murieron, se quitaron la vida. Pensé: ‘Ese pude haber sido yo, ahí pude estar yo’”, se sinceró.
Entonces Badilla aprendió la lección. “Dios hizo que pasara todo para prevenirme de algo peor. No me mandó un castigo, lo que me mandó fue una prueba para que yo valorara la vida y empezara a vivir, no a sobrevivir con mi ansiedad”.
Después de las pruebas que enfrentó, Alex se alejó bastante de las redes sociales y la exposición, aunque todavía mantiene contacto con sus seguidores y sigue creando contenido.
En esta nueva vida se enfocó más en el artista que lleva dentro, realizó terapias, llevó un tratamiento psiquiátrico. Lleva ocho años de sobriedad.
“Con ayuda de una red segura de gente que me ama y de profesionales, salí adelante”, manifestó.
Alex Badilla, el empresario, el artista y su paz mental
Los cambios en la vida de Badilla fueron dando frutos. Siempre tuvo el anhelo de convertirse en dueño de su propio salón de belleza y, de la mano de un socio, lo materializó.
“El salón me llena muchísimo. Tengo una relación divina con mis clientes, todos los días aprendo técnicas, me especializo, tengo algo que aprender siempre. Me mantengo distraído”.
Además, sigue presentándose en eventos en los que interpreta su música. Sin embargo, pese al amor por el arte, ahora se prioriza a él y a su tranquilidad. “Mi paz en este momento no es debatible con nadie”, aseveró.
Alex contó que aún se topa con chismes o comentarios que hacen sobre él. Sin embargo, ahora maneja la información desde otra perspectiva, una menos intensa.
“Tal vez el Alex del 2017 se levantaría y diría miles de cosas, se defendería. Pero ahora pienso: ‘A quien le caigo bien, pues le caigo bien, y a quien no, pues qué pena, se pierde el maravilloso placer de conocerme, porque soy una gran persona, un ser humano extraordinario’. Soy un hijo de Dios que llevo por delante la fe y las ganas de seguir cumpliendo sueños”, agregó.
Precisamente sobre el tema de la autoaceptación, Alex fue enfático en decir que vivió muchos años tapándose con capas: primero en su entorno familiar para no ser señalado por sus preferencias sexuales, en las redes sociales para encajar y en la sociedad para ser aceptado. Sin embargo, el maquillista asegura que ahora vive libre, sin máscaras.

“En este momento me gusta cómo me siento, sin tener que intentar todos los días que las personas vieran lo valioso que soy. Ahora no necesito demostrárselo a nadie más que a mí mismo”, indicó.
El nuevo Alex Badilla y las lecciones aprendidas
El maquillista explicó que, cuando su fama reventó en redes sociales, era una persona sin filtro y sin experiencia a quien la exposición tomó por sorpresa. Tenía muchas ganas de expresarse y ser él mismo, lo que a la postre le provocó muchos señalamientos y polémicas.
“Pensé que no tenía reglas, que podía usar maquillaje, hablar y decir lo que pensaba sin filtros. En realidad, fue muy salvaje. No hubo alguien que me dijera: ‘No, baby, hay que bajarle el tono, trate de no comentar’. Hubo muchos problemas, hoy reconozco que muchas veces la cagué”, recordó.
Badilla afirma que dijo cosas que hoy no repetiría y que se arrepiente de situaciones que vivió “por falta de educación, de cultura o de respeto”.
“Hay videos que veo y me dan vergüenza”, enfatizó.
Sin embargo, de aquel Alex todavía queda mucho. Sigue siendo la figura que no tiene miedo a vivir y el que quiere cumplir todas sus metas.
—¿Se siente más feliz ahora?
—¡Claro que sí! Ahora confío mucho en mi grandeza, no insisto en que otros me aprueben. Sé para dónde voy, no lucho contra el tiempo, tengo demasiada paciencia y nada por demostrar.
—¿Cuánto tiempo le ha llevado construir estas palabras y este convencimiento?
—Todos los días entiendo que quiero acercarme a mi mejor versión. Todos los días aprendo, es una lucha constante contra mi mente y mi ansiedad. No puedo decir que ya lo logré y que estoy 100% construido, pero todos los días hay una oportunidad para darme una palmadita.
Los nuevos bríos de Alex Badilla
Alex Badilla sigue cosechando los frutos de su esfuerzo y de los cambios en su vida; recientemente abrió el tercer local de su salón de belleza Lotus by Alex Badilla (están en San Ramón, Heredia y Alajuela). Además, continúa realizando sus shows musicales y de Drag Queen con el grupo House of More.
