Internet y las redes sociales se han convertido en un refugio supremamente útil en estos tiempos impensables de la pandemia mundial por el nuevo coronavirus y, en vista del aislamiento social, muchas figuras conocidas a nivel local y mundial han aprovechado para realizar diferentes posteos sobre su estado de situación o bien, para ofrecer consejos, reflexiones, tips, etc.
Con una gran mayoría del planeta tratando de cerrar filas contra el enemigo común, el covid19, se ha refrenado muchísimo aquella otrora imparable batalla de todos contra todos en las redes (anti) sociales, así que en medio de la zozobra por la amenaza a la salud mundial, al menos ha habido una especie de pausa en la cadena de odio y exabruptos en redes.
Sin embargo, se sigue dando una que otra escaramuza, y eso fue lo que ocurrió el fin de semana pasado con la expresentadora Jalé Berahimi, quien realizó un post en Instagram donde lucía su cuerpazo en una piscina y hasta etiquetó la marca de traje de baño de ella... el problema fue que usó el peor título posible en esta coyuntura, “Sorry... ¿Corona qué?”.
Sobra decir que en segundos se armó un tremendo burumbum, se le vino el aluvión de críticas, algunas cargadas de gruesas ofensas de gente que percibió su post como una afrenta y una burla a la situación mundial que ha llenado de muertos, enfermos y luto a miles de familias.
El mal tino de Jalé fue, como dijimos, mandarse con semejante título... y es que dos líneas más abajo, en el epígrafe, ella agregó “Paraíso antes de la crisis! Foto en #esterillos diciembre 2019”, lo cual podría haber apaciguado el asunto, solo que la mayoría solo leyó el título, vio la imagen y se mandó sayayín contra Berahimi.
Ella no tardó en publicar su descargo, bastante molesta porque según afirmó, la habían malinterpretado y bueno, más allá de que fue imprudente con el desafortunado post, nos dejó pensando cuando habló de la gente de doble moral que se pasa publicando y enviando memes y chistes de todo tipo, todos enmarcados en la coyuntura del covid-19.
Algo de razón tiene Jalé; el tema, en síntesis, es que las figuras conocidas deben acopiar mayor prudencia que nunca en un tema tan sensible y doloroso, como hemos dicho siempre (pero ahora más que nunca, en vista de la gravedad del caso que ocupa al mundo), “Pienso, luego posteo”.
Siempre en asuntos complicados referentes a redes sociales, esta semana se multiplicó una noticia falsa, solo que esta vez no fue sobre el virus más temido, sino que todo se trató de un perrito y de George Angulo, el conocido propietario de gimnasios y director del concurso Kilos Afuera, de Facebook.
Resulta que a una muchacha se le ocurrió poner en el “feis” que George, en su gimnasio de San Miguel, tenía desnutrido a un pobre can, y cientos de personas, sin corroborar la veracidad de lo dicho por la mujer, comenzaron a destrozar al empresario justo en momentos en que él, como miles de costarricenses, está muy afectado por toda la crisis económica que vive el país.
Al final y para alivio de todos, George publicó en sus redes un detallado dictamen veterinario y unos videos lindísimos, donde el perro se ve macucón, sano y sin ninguna desnutrición. Lo seguimos diciendo, cuidado con las redes, máxime en estos tiempos en los que no se sabe cómo va a afectar el confinamiento a mucha gente, y perfectamente se puede dar hasta una situación de violencia contra una persona inocente, todo por un rumor esparcido como ya se reseñó aquí.
Decíamos al principio que en los mensajes de figuras internacionales conocidas sitiadas en sus casas por la amenaza de la pandemia nos hemos topado con actitudes y testimonios bien interesantes, caso de Juan Pablo Escobar, hijo del fallecido narcotricante Pablo Escobar, quien se mantiene muy activo en Instagram y mucho más por estos días, en vista de que no puede salir del edificio en el que vive en Buenos Aires, Argentina.
Por muchos años Juan Pablo usó el nombre de Sebastián Marroquín para evitar el ligamen con el nombre de su padre y todos los problemas que esto les generaba a él, su madre y su hermana. Sin embargo, al parecer el tiempo todo lo aplaca y ahora retomó su identidad original y habla abiertamente sobre su atípica vida desde que era un niño.
En estos días, entre muchos de sus mensajes con espíritu constructivo y de ánimo, destacó uno en el que compartió una vivencia paralela al “encierro” que vive en este momento, en los tiempos en que su padre era uno de los mafiosos más poderosos y buscados del planeta.
"Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué tal estás llevando la cuarentena? ¿Sabes algo? Las historias cuando las conocemos a fondo, pueden ayudarnos a fortalecernos en el presente, para que todos juntos podamos superar este momento tan difícil de la humanidad. ¿Tan difícil es esperar dos o tres semanas, si la promesa final es no solo que preservarás tu vida sino la del resto de la humanidad? ¿Cuáles son tus prioridades hoy? ¿Cuáles tus “urgencias”?
"Tremendo llamado de atención nos está dando el Universo (Luego cita la historia de una señora que sobrevivió a un campo de concentración y continúa):
"Sus reflexiones me hicieron pensar en mi vida pasada. Yo soy hijo del encierro, viví en una caleta (escondite) muchos años. Me encaleté para preservar mi vida, y la de mi familia y amigos. Pero no fueron sólo 15 días, ojalá hubiera sido tan corta la sentencia. Fue una década. La diferencia es que yo no me enfrentaba a un virus, sino a una muerte “segura” habida cuenta del calibre de los enemigos de mi padre, quienes querían cobrarle sus pecados con la vida de su hijo Juan Pablo. Hoy que me encuentro en la soledad más absoluta, con mi familia a 10 kilómetros de distancia, en las videoconferencias puedo advertir la angustia en las miradas de mi esposa e hijo, quienes en casa me siguen esperando ansiosos para que yo pueda darles ese abrazo tan entrañable como cada vez que regresaba. Somos conscientes todos de que hay que esperar. Simplemente no nos queda otra (...) ¿Cómo escapé de esa muerte segura? Pues quedándome encerrado. ¿Cómo crees que escaparás de la tuya hoy? Encerrado como yo. Como todos. Sólo así sobreviviremos. ¡Por favor!”. Así mero habló Juan Pablo Escobar, tremenda analogía, a no dudarlo.
En cuanto a otras iniciativas destacables, entretenidas y útiles citamos a la expresentadora e influencer Glenda Peraza, quien con su estilo desenfadado mostró, en un video de Instagram, cómo contactó a su mamá, doña Ana Isabel, por videollamada para que esta le enseñara a hacer una receta de arepas y todo fue en simultáneo con sus seguidores.
Muy particular y cálida fue la transmisión, pese a que doña Ana nunca había usado ese medio de comunicación. Así, nos metieron a la cocina de Glenda y tuvimos acceso a la preparación de la receta. Fue casi como estar ahí, muy bonito todo y nos olvidamos por completo del distanciamiento social. Ya les contaremos cómo nos quedaron a nosotros las arepas, ¡vamos en esas!
Atinadísimos también los mensajes, vía video, tanto de Keylor Navas desde Francia, como de Celso Borges desde Turquía, instando a la población a seguir al pie de la letra los protocolos del Ministerio de Salud, ambos con tono mesurado pero firme, con gran serenidad pero mucha vehemencia. Duro y al hueso, como dicen. Tomando en cuenta la cantidad de seguidores que tienen estos muchachos, lo suyo se trata de una colaboración gigante en los intentos del Gobierno por prevenir un contagio masivo del covid-19.
¿Quién iba a decir? Hace casi un año Nancy Dobles hacía un video con Sergio González sobre la importancia del autoexamen contra el cáncer testicular, hoy ambas figuras influencers (término no muy gustado por estos topos) se pusieron las botas y de influenciadores pasaron a ayudadores en medio de la pandemia mundial.
Dobles por su parte ha dejado las cremitas y todo lo que la patrocina para ser un canal de información seria, además con su alegría motiva con ese mensaje de quedarse en casa. Vimos cómo le dio espacio a psicólogos para que ayudaran a la gente.
Entretanto González, bautizado por estos Topos como “el azote de las doñitas”, dejó atrás andar mostrando las “putilonetas” que lo patrocinan y lo hacen enseñar que está pochotón y le ofreció a todos los emprendedores espacio gratis en sus redes para que enseñen sus productos, además habilitó un espacio para que la gente se desahogue (uno muy la voz amiga) y también comparte rutinas de ejercicio. ¡Ojalá que más figuras se sumen desde sus casas a apoyar así!
Tras nada menos que 16 años de llegar a los hogares los domingos por Canal 7, con información deportiva, en gran parte sobre fútbol, Zona Técnica dice adiós este 29 de marzo, en medio de todas las contingencias que ha generado la emergencia mundial por la pandemia del nuevo coronavirus. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde: Zona Técnica tuvo entre sus panelistas titulares e invitados a buena parte de la crema y nata de la prensa deportiva de este país.
Su fundador y director, ese personajazo que es Víctor “Macho” Acuña, se mostró dolido por la medida y agradeció de corazón todo el apoyo de Canal 7 desde el arranque del proyecto, sin embargo, razones de fuerza mayor --empezando porque no hay jornada futbolística y quién sabe cuándo retornará, aquí y en el resto del mundo--, pues no hubo más que decir HASTA PRONTO... porque, conociendo a Acuña, un gatazo en todo sentido, dueño de Taos y hasta sobreviviente de cáncer, ahorita que pase todo esto lo veremos en la brega de nuevo.
De lo malo, lo bueno: qué rico debe ser para Víctor y toda su cofradía, disfrutar de unos cuantos dominguitos, aunque sea en casa. Que se cuiden todos para volverlos a ver en pleno, cuando pase toda esta emergencia. Así sea.
En notas luctuosas y siempre con el deporte, no podemos dejar de ofrecer nuestras condolencias a la familia, amigos y clientes del famosísimo (en el gremio futbolístico) Eduardo “Pescado” Herrera, propietario del también famoso Jardín Cevichero, en San Sebastián.
“Un eterno apasionado seguidor de Liga Deportiva Alajuelense, manudo envenenado, defensor a ultranza del equipo de sus amores y crítico empedernido del mismo club cuando le parecía que la institución centenaria no iba por el rumbo correcto, ya fuera por decisiones dirigenciales o por rendimiento”, dice el obituario de La Nación.
A sus 77 años (aunque parecía mucho menor), Pescado venía con problemas de salud derivados de una diabetes que implicó, hace cuatro años, que le amputaran una pierna. En las últimas semanas sufrió dos derrames cerebrales que lo postraron en el Hospital Calderón Guardia, donde falleció este 26 de marzo, exactamente 25 años después de la muerte de Alejandro Morera Soto, el prócer de Liga Deportiva Alajuelense.
La vida es un dechado de casualidades o causalidades. Que lo digan Pescado y don Alejandro, a quienes nos gustaría imaginar todos felices de reencontrarse por allá, al final del arcoiris, dedicados a pláticas interminables sobre su gran amor común, la Liga. Nuestros respetos y condolencias a su familia y allegados.