Con una expresión permanentemente iracunda, el cantante Rob Dukes vociferó por casi hora y media. Su interpretación vocal despertó la adrenalina de Pepper’s Club, con gritos de guerra, como un vikingo liderando el ataque de un batallón.
El grupo de thrash metal Exodus dejó patente en Costa Rica la brutalidad de su repertorio. Su segundo concierto en el país –luego de una visita en el 2016– se enfocó en celebrar los 40 años del disco Bonded by Blood. Ese lanzamiento es un referente del género, que contribuyó a que Exodus se convirtiera en referente histórico.
De la alineación que grabó esa placa solo siguen en el grupo el icónico guitarrista Gary Holt y el apabullante baterista Tom Hunting. Ambos se compenetraron como si estuvieran pegados, así como la ilustración de dos gemelos unidos que protagonizan la portada de aquel álbum de 1985.
Muchos de los solos de la noche llegaron cortesía del otro guitarrista, Lee Altus, con una técnica veloz y aniquiladora. El bajo –interpretado por Kragen Lum– terminó de sellar la fuerza que caracteriza la propuesta de la agrupación californiana y al, frente como ya lo mencionaba, estaba Dukes. Bastaba con que moviera su dedo índice como simulando una licuadora, para que el público entendiera la indicación de organizarse en rueda y correr violentamente en una dirección, con empujones de por medio.
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Ese tipo de dinámicas –comunes en conciertos de estos géneros– convirtieron al público en un actor más de la furia rítmica. Cada vez que se encendió el mosh, los miembros de la audiencia que participaban de este círculo, se tornaban en extensiones de lo que provenía de los parlantes a un alto volumen.
La banda mantuvo esa energía desbordante de manera permanente, repasando temas como el que le da título al álbum, así como Fabulous Disaster y Deliver Us to Evil, dedicada al difunto cantante de Exodus, Paul Baloff. Más tarde, cuando tocaron Impaler, honraron a Ace Frehley, el guitarrista de Kiss que falleció ese día, horas antes.
Para no quedarse solo con lo del álbum homenajeado, también interpretaron otras favoritas, como Brain Dead y Piranha, que sorprendió al sonar todavía más intensa que todo lo que, de todas formas, ya sonaba suficientemente brutal.
La fórmula de composiciones potentes y avasalladoras fue efectiva frente a una audiencia que parecía estar deseosa de toda la adrenalina posible. La cereza en el pastel fue la conformación del “wall of death” para la canción Strike of the Beast. En ella, el público se abrió en dos y, ante la señal del barbudo vocalista, las dos masas corrieron a encontrarse de golpe en el medio, dejando todo el sudor en una noche de thrash sin clemencia.
El concierto:
- Artista: Exodus.
- Lugar: Pepper’s Club.
- Fecha: 16 de octubre.
- Organización: Blackline Productions.
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