¿Alguna vez ha viajado a Colombia? Si su respuesta es no, pero estuvo la noche del viernes 11 de julio en Parque Viva… entonces está mintiendo.
Entre la música, el sabor y la energía contagiosa que se vivió en la Fiesta Colombiana de la Independencia, fue imposible no sentirse transportado, aunque fuera por un instante, a ese vibrante país sudamericano.
Sombreros “vueltiaos”, banderas de Colombia y camisetas tricolor predominaron entre el público, haciendo que por momentos se olvidara por completo que estábamos en Alajuela, Costa Rica.
La fiesta comenzó temprano. Desde las 5 p. m., el ambiente se encendió en este evento organizado por Salmerón Producciones. Aunque la ocasión celebraba la independencia de Colombia, desde el primer minuto se transformó en una fiesta para celebrar a toda Latinoamérica.
El primer número estuvo a cargo de Erick León y La Jungla, quienes compartieron escenario con la presentadora de De boca en boca, María Fernanda León, sorprendiendo a más de uno con su talento para el canto.
Durante su presentación, rindieron homenaje a grandes de la música colombiana como Carlos Vives y Morat, poniendo a corear al público desde el inicio.
Artistas de talla internacional
Minutos después, a las 6:10 p. m., Mickey Taveras tomó el escenario.
El reconocido artista dominicano, con una carrera sólida, múltiples premios internacionales y colaboraciones con figuras como el fallecido Rubby Pérez, aportó el ritmo salsero que hizo vibrar a todo el recinto.
Canciones como La ventanita y su versión en salsa de La historia entre tus dedos pusieron a todos a bailar, con o sin pareja; porque cuando el ritmo está en el ADN, el cuerpo simplemente responde.
En ese punto, el espectáculo tenía el aire de una típica reunión familiar latina en diciembre (solo que en julio). Algunos disfrutaban de pie cerca del escenario; otros, desde sus asientos, se acomodaban como si estuvieran en el sillón de la abuela. Todo se sentía cercano, natural y muy íntimo.
Pero esa calma duró poco. A las 7:15 p. m., el Binomio de oro de América hizo su aparición triunfal.
Para quienes no lo sepan, el Binomio no es solo una agrupación: es parte de la historia musical de Colombia. Fundado por Israel Romero (acordeón) y Rafael Orozco (voz), el grupo vivió uno de sus momentos más trágicos cuando Orozco fue asesinado en el punto más alto de su carrera.
Sin embargo, este viernes, la agrupación demostró que aquellos días oscuros quedaron atrás. Aunque la memoria de Orozco sigue presente en cada acorde, el escenario se vistió de color y sabor, rindiendo homenaje a una leyenda que marcó para siempre la historia de la música colombiana… Y ahora, también, la de Costa Rica.
Como si se tratara de una coreografía ensayada, el público se mecía en perfecta sincronía al ritmo de Cómo te olvido y Si tu amor no vuelve.
Para esta última, el mismísimo fundador del Binomio, Israel “el Pollo” Romero, subió al escenario y le mostró al público cómo se toca un acordeón de verdad, un gesto que conmovió hasta el corazón más frío.
Entre temas como Amándote y adorándote y La creciente, los minutos se deslizaban sin que la multitud lo notara. En una falsa despedida, la agrupación lanzó la pregunta: “¿Nos vamos?”
Como si se aferraran a un osito dormilón, el público respondió con un rotundo “¡No!”. Entre risas, el vocalista Israel David Romero bromeó: “¿Y no tienen que trabajar mañana?” La respuesta, una vez más, fue negativa.
¿Y como culparlos? Si el ambiente para este momento era tan familiar que no había forma de que a este punto se acabara la fiesta.
Así llegó Jorge Celedón
Tras una media hora más de espectáculo y corear a todo pulmón sus populares temas, el verdadero final llegó. El confeti inundó el recinto, las luces se alocaron y una ovación dio paso a la despedida del Binomio de oro de América, que cerró como solo cerraría la verdadera “universidad del vallenato”.
Un intermedio fue bien recibido por aquellos que ya no sentían los pies y para los que, entre tanto cantar quedaron sin voz, refrescaron sus gargantas con una bebida espirituosa, o tal vez dos.
A las 9 p. m., arrancó el show más esperado de la noche; Jorge Celedón, el famoso intérprete, abrió el espectáculo al ritmo de Parranda en el cafetal y fue recibido con una cálida ola de aplausos que inundaron Parque Viva.
En caso de que no lo supiera, en 1996, apenas cuatro años después del fallecimiento de Rafael Orozco, un joven Jorge Celedón se integró al Binomio de Oro, trayendo consigo una nueva energía.
Tras alcanzar el éxito con la agrupación, lanzó su carrera como solista. Por eso, su aparición en el escenario, luego del grupo que lo vio crecer, fue una de esas bonitas coincidencias que solo se dan en el mundo del espectáculo.
4 rosas, Sin perdón, Ay hombre fueron las tres canciones que sigueron en el setlist, esta última evocando tanto despecho que hasta parecía que el acordeón lloraba.
Entre canción y canción se fue la noche, culminando así el viaje al país de la belleza. El festival definitivamente inundó Costa Rica de sabor, ritmo y “sabrosura”. Artistas colombianos de talla mundial transformaron la velada en una experiencia única, una oportunidad para viajar a Colombia sin salir de Costa Rica.