En algún momento de los últimos 20 años, Laurito pasó a ser conocido como Lauretto. Ambos suenan a nombres artísticos pero el primero sí está validado por el Registro Civil: Luis Laurito Durán. Fue bajo esa identidad que lo conocí, por allá de 1999, cuando lo entrevisté por primera vez. Lejos estábamos ambos de imaginar que él volvería a ser noticia en las páginas de espectáculos un cuarto de siglo después, ya convertido en Luis Lauretto y sin relación aparente con la música y menos con la televisión.
Hoy, aquel melómano delgado y que solía exhibir una cabellera camaleónica según la banda que estuviera de moda en sus audífonos, aparece sin pelo en imágenes que circulan en redes sociales y medios de comunicación, haciendo eco de versiones que lo ubican en una complicada situación personal. Sus amigos de antes le tendieron la mano y al parecer en estos momentos Laurito está recibiendo atención especializada para superar el duro trance, uno muy suyo pero que se tornó en tema nacional.
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Insisto en el Laurito no por nadar contra corriente, sino porque así lo conocimos quienes empezamos a seguir su programa Fait Accompli cuando apareció en Canal 54 de la banda de UHF a finales de los años 90. Ubicarnos en ese contexto implica casi que olvidarnos, no del streaming, sino de la televisión por cable, pues aún eran tiempos en los que miles de hogares solo tenían acceso a un puñados de canales locales y gratuitos, con los principales en la banda VHF (Teletica, Repretel, etc.), y luego con un variopinto rejuntado de televisoras pequeñitas y casi artesanales en las que se emitían programas de todos los colores y sabores. Fue desde ese ecosistema que Laurito se empezó a hacer notar.
“Mae, ¿ya vio que hay un mae que pone unos videos de metal todos rajados en un canal de esos, de los de arriba?”, me comentó alguien en la U. Tomé nota y efectivamente, me encontré con un presentador vestido como Sid Vicious que ponía videos de Sepultura, de Nine Inch Nails, de Slayer, y por encima de todo, de Ministry y Guns N’ Roses.
Ver el programa de Laurito era fascinante: el chavalo podía echarse minutos y minutos al aire recitando todo tipo de datos dignos de la más difícil trivia musical, sobre bandas oscuras y poco comerciales que Nelson Hoffman nunca pondría en Hola Juventud. No eran tiempos de internet o de fact checking, así que no había manera de saber si aquellas disertaciones tenían validez o no, pero nadie lo cuestionaba.
Laurito saltó del 54 al 19, que entre los canales de UHF era de los más masivos. Y además empezó a viajar, o al menos eso nos daba a entender, pasándonos videos que había grabado en el extranjero de conciertos con grupos pesados que en aquel entonces era utópico pensar que vendrían a Costa Rica (estábamos aún a años de distancia del hito de Iron Maiden en el Saprissa).
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En 1999 lo entrevisté por primera vez, para el periódico Al Día. Fue una nota pequeña y que hoy no existe en la web. La siguiente entrevista fue ya para La Nación, en mayo del 2001, cuando lo junté con otros comunicadores especializados en heavy metal: Paul Vega, de Rock sin fronteras, y Víctor Mora, de Metal News. Fue una conversación algo incómoda, pues Víctor y Laurito estaban a extremos opuestos de la comunidad metal: el primero a lo vieja escuela, sobreviviente de La Fosforera, comedido y apegado a una estética sencilla de pelo largo y camiseta negra, en tanto que Luis era todo un personaje, estrafalario, extrovertido, que llenaba de inmediato cualquier cuarto al que entraba, y ataviado más en la acera del glam rock que del trash metal gutural.
“No me gusta verme como un metalero pues soy abierto a todo tipo de rock que suene bien”, me dijo en aquel entonces, envuelto en una jacket de cuero y sin quitarse sus lentes oscuros, aunque estábamos en una sala cerrada.
El pináculo de la carrera en televisión de Laurito se dio en mayo del 2002 con su llegada a VM Latino (hoy VM), el canal de videos musicales de Paul André que ya estaba consolidado como el más fuerte del UHF y que hasta el día de hoy sigue vigente dentro de los paquetes de las cableras. Anécdota: otro periódico dio la noticia refiriéndose a él como Raulito.
En el Canal 29 no hubo más Fait Accompli, sino que su programa mutó a Junkie TV, título que hoy no juega muy a favor del conductor, a la luz de las revelaciones recientes sobre su actual situación.
En VM Latino, durante los años que esa televisora fue el corazón del Mall San Pedro, Laurito fue un bicho raro, en medio de VJs juveniles, divertidos, fiesteros y tropicales. Su programa era una anomalía, apartado de las canciones o tendencias de moda en la música comercial para seguir programando metal industrial, punk, rock gótico y canciones paganas venidas de países nórdicos. Algo impensable en la televisión juvenil de hoy, tan metida a TikTok y menos a MTV.
“Yo estoy acostumbrado a que me digan de todo. Lo bueno es que, lo mismo hay gente que me critica como hay otros que están felices de que demos videos que, de otra manera, no se verían aquí”, me contó cuando volvimos a charlar en el 2004.
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Luis también fue famoso por sus historias de relaciones con grandes de la industria roquera, las cuales siempre contó con una convicción absoluta, aunque sin aportar pruebas contundentes. Si nos apegamos al relato, el tico presenció, por ejemplo, momentos cruciales de la etapa más compleja de Guns N’ Roses, al punto de compartir, según contó, el estudio de grabación con Axl Rose y figuras similares.
Así se mantuvo por años, hasta que finalmente salió de VM Latino, en el 2013. Se fue un poco harto y molesto, según le contó al periodista Allan Andino. “Una persona que hace bien su trabajo se le respeta y yo soporté estar ahí, y soporté faltas de respeto por el público, pero llegó un momento en que ya era demasiado. No tolero que gente que llegó ahí de forma empírica me vaya a ofender; que cualquier persona llegue y te serruche el piso, te diga que estás acabado. Yo tengo estudios de cine. El trabajo de Luis Lauretto ¡se respeta!”.
Y a partir de ahí, la mayoría fuimos perdiendo la pista poco a poco a Luis Laurito (o Lauretto, usted decide). En los años que siguieron al final de Junkie TV nos topamos en algunos conciertos (de metal, obvio), nos saludamos, algo hablamos sobre Helloween o Faith No More, y quedamos en seguir la plática otro día, con más calma. No pasó.
No supe más de su vida hasta esta semana, cuando toda Costa Rica se acordó de él, no por los motivos correctos. Es fácil especular sobre lo que pudo ponerlo en una situación tan compleja, pero de eso no se trata este texto. Bien que mal, Laurito se presentó ante nosotros como Fait Accompli, expresión del francés que se refiere a que algo ya es un un hecho consumado. En esta caso, quisiera pensar que el destino final del roquero que se atrevió a poner en la televisión costarricense la música a la que los demás le hacían la cruz aún no es un fait accompli.
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