Felipe Leiva regresó a su vida de antes. Así lo define él. Leiva, de 29 años retomó su trabajo como transportista.
“Había que comer”, dice con franqueza. Y no es que su trabajo esté mal, porque así como a él, le da también la posibilidad a muchos habitantes de Costa Rica de ganarse la vida dignamente. Lo que pasa es que para él regresar significa dejar el sueño que tuvo desde siempre: ser humorista.
A Felipe lo conocimos en el 2019, cuando Norval Calvo relanzó en Repretel, La dulce vida. Su habilidad para la imitación y la comedia le hicieron destacarse en un concurso de 40 participantes.
Tras su gane obtuvo un vehículo, una carrera universitaria que cedió a su esposa y lo más importante para él: un contrato en el programa de humor dirigido por Norval Calvo, Pelando el Ojo. En el espacio radial, Felipe estuvo un año (salió en setiembre del 2020), cuenta, siempre resaltando su gratitud por la oportunidad, que por la pandemia el director “le dijo que no podía mantenerlo más tiempo en el espacio”.
Calvo, director del espacio, se refirió al respecto:
“Es una persona super trabajadora, honesta y correcta. Me encantó trabajar con Felipe, además del gran talento que tiene. Pero sí, el premio era un año de contrato en Pelando el Ojo y el carro nuevo que se ganó. Entonces se cumplió su año de contrato, lastimosamente calzaba con la fecha de la pandemia, verdad, entonces no pude renovárselo. Esa plata que yo le pagaba a Felipe salía de plata mía. Entonces se me imposibilitó sacar de mi plata el salario de él. Hablé honestamente con él, que no se cerraban las puertas porque tiene un gran talento y es una excelente persona, pero por el momento se le cumplió el contrato por un año”, detalló Norval Calvo.
Camino complejo
Los tiempos en un contexto pandémico se complicaron, pues Felipe tampoco podía hacer shows individuales en los que comprobó le iba muy bien. Se cancelaron los eventos y a él se le acabaron las posibilidades.
Felipe salió de la radio entendiendo las razones, sin embargo, no pudo evitar deprimirse tras la conclusión de aquella vida en el humor.
“Antes de la pandemia hacía dos shows individuales por semana. Me iba bien. Todo eso se acabó, pero para mí el golpe más duro fue tener que salir de la radio. Eso era lo que me sostenía.
Tuve que volver a manejar porque tenía que darle sustento a mi familia. No tenía un capital, pues apenas estaba empezando en esto. Apenas estaba levantándome. Volver al tráiler es regresar a mi antigua vida. Siento que lo que viví con el humor fue un sueño. Duró muy poco”, dice.
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Sin perder la esperanza
Tras su salida de la radio, Felipe, quien se mudó junto a su familia a vivir a Desamparados cuando empezó el concurso La dulce vida, regresó a Limón.
“Estuve deprimido. Me vine a manejar tráiler, a perderme, sabía que aquí nadie me iba a cuestionar porque no estaba en la radio. No volví a salir. Solo a trabajar. Todos los días pensaba que qué lástima que se acabara la oportunidad, pues desde el inicio la audiencia me recibió con cariño”, dice.
Tras mejorar su estado de ánimo, se puso en contacto con la producción de El Chineadazo con la banda del Menecazo (programa que Carlos Ramos, el conocido Porcionzón sacó al aire en octubre), pues quiere regresar a la radio. Hace un tiempo ellos le invitaron a participar, en ese momento Felipe no pudo.
Sin embargo, este jueves 4 de febrero, Felipe será invitado al programa de humor que se transmite a las 6 a. m., por Radio Actual 107.1 FM.
“Sé que si lograra engancharme aunque sea un día en un programa radial, esto me daría la oportunidad de salirme de manejar y la pulsearía en otra cosa. Ahora que me siento mejor, no pierdo la esperanza de volver a hacer humor. Si bien el trabajo manejando es demandante, yo estoy acostumbrado, el salario no es malo, pero a mí me gustaba más ser humorista”, dice.