Todos hemos jugado a buscar rostros en las nubes o ver un par de ojos en un hoja seca ahuecada. Esa curiosidad siempre ha estado rodeada de un aspecto psicológico que no ha hecho más que estudiarse en los últimos años.
Si alguna vez se ha asustado con ver una cara en un enchufe, no se preocupe: los seres humanos estamos “diseñados” para que eso suceda. Se trata de un fenómeno llamado pareidolia, el cual consiste en reconocer patrones (como caras) en información que está arbitrariamente en nuestro entorno.
Esto tiene una explicación simple: el cerebro humano está “cableado” para reconocer rostros.
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La pareidolia tiene sentido desde un punto de vista evolutivo, asegura el psicólogo Rob Jenkins de la Universidad de York en Inglaterra, en una entrevista otorgada al medio de comunicación BBC Mundo.
“Si hay un rostro cerca, hay una mente cerca. Y eso significa que hay alguien que potencialmente puede causarte mucho bien o mucho daño”, dice, sobre la justificación de por qué nuestra mente actúa de esa manera.
Según los estudios psicológicos, la práctica de reconocer rostros comienza desde que somos pequeños. Inclusive, desde los primeros minutos de vida, el cerebro trata de encontrar caras en donde sea para tratar de ubicar a qué se está enfrentando.


En un experimento, bebés recién nacidos pasaron más tiempo mirando patrones de puntos y rayas que se asemejaban a un rostro por encima de ver otros patrones aleatorios a los que fueron expuestos. Además, en la investigación, se detectó que no hace falta recibir mucha información o estímulos visuales para que la mente humana descrifre un rostro: unas marcas oscuras en la posición de los ojos y la boca ya es suficiente para nuestro cerebro.
Según Jeff Hawkins, ingeniero del instituto de Neurociencia de Redwood, esto ocurre debido a una propiedad del cerebro que, para ahorrar tiempo, realiza tareas de predicción con base en formas conocidas en la memoria existente. Si lo primero que un bebé mira en el mundo es una cara, usará el rostro como base de interpretación de lo que sea que se ponga frente a sus ojos.
Eso sí: esta “habilidad” no parece ser exclusiva de los seres humanos.
Un estudio del 2017 constató que las ovejas tienen la capacidad de reconocer rostros humanos familiares
Investigadores de la Universidad de Cambridge en Inglaterra lograron entrenar ovejas para que reconocieran los rostros de los actores Jake Gyllenhaal y Emma Watson y el expresidente de Estados Unidos Barack Obama. En ese mismo centro universitario se desarrollan actualmente estudios que planean dar más información sobre este fenómeno.