
Una rivalidad oculta entre dos íconos musicales impulsó una serie de discos que marcaron un antes y un después en la historia del rock.
Paul McCartney y Brian Wilson, líderes de los Beatles y los Beach Boys, sostuvieron durante más de cuatro décadas una competencia silenciosa que terminó hasta la muerte del músico estadounidense, el 11 de junio de 2024.
Todo comenzó con Rubber Soul, lanzado en 1965. Brian Wilson relató que, tras escuchar ese álbum bajo los efectos de la marihuana, se sintió tan conmovido que se sentó al piano a escribir Pet Sounds. El álbum que inspiró a Wilson fue una edición estadounidense de Rubber Soul, con una lista de canciones distinta a la original del Reino Unido.
Pet Sounds, publicado en 1966, incluyó 13 temas unidos por una narrativa musical compleja. Wilson incorporó instrumentos poco convencionales, técnicas experimentales y armonías avanzadas, lo que llevó a McCartney a reconocer que esa obra lo hacía llorar.
Aunque el disco no tuvo gran éxito comercial en Estados Unidos, en Reino Unido provocó admiración. McCartney y Lennon asistieron a una escucha privada en Londres. Incluso, los Beach Boys lograron desplazar a los Beatles del primer lugar durante su gira por ese país.
Ese mismo año, los Beatles lanzaron Revolver. Según el músico Fernando Blanco, McCartney visitó el estudio donde Wilson grababa Pet Sounds y le advirtió que debía apurarse, ya que lo que ellos acababan de grabar era monumental.
La competencia artística continuó. En 1967, los Beatles presentaron Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, concebido como una respuesta directa a Pet Sounds. McCartney reconoció que buscaron superarlo. La revista Rolling Stone colocó ambos discos en los primeros lugares de su lista histórica.
Wilson intentó replicar con Smile, un álbum aún más ambicioso. Sin embargo, su estado emocional, la presión de la industria y la falta de apoyo de su banda impidieron que el proyecto se concretara. Las grabaciones se detuvieron en 1967 y el material quedó incompleto.
A pesar de que nunca hablaron públicamente de una rivalidad, ambos músicos se reconocían mutuamente como influencias clave. McCartney confesó que Wilson lo motivaba de la misma forma en que lo hacía Lennon: buscaban superarse constantemente.
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Compartieron escenario una sola vez. Fue en un concierto benéfico donde interpretaron juntos God Only Knows. McCartney se emocionó profundamente, según se puede percibir en la grabación disponible en línea.
La esperada respuesta a Sgt. Pepper’s llegó hasta 2011, con la publicación de The Smile Sessions, una reconstrucción del proyecto original. McCartney asistió al evento de lanzamiento y lo calificó como “una obra maestra”.
La muerte de Wilson puso fin a una de las rivalidades musicales más influyentes del siglo XX, una competencia que se libró con respeto, admiración y genialidad.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.