
A los 35 años, Leandro de Souza parecía llevar su historia escrita sobre la piel. Cada centímetro, cada línea, cada sombra de tinta hablaba de quién fue alguna vez: un adolescente fanático del rock, un joven adicto al vértigo de los excesos y un hombre que convirtió su cuerpo en manifiesto.
Llegó a cubrirse el 95% con un total de 170 tatuajes, y con eso ganó fama como “el más tatuado de Brasil”. Inició a los 13 años con dibujos que estaban inspirados en sus agrupaciones de rock favoritas, como Nirvana, Guns N’ Roses y Metallica.
Pero en agosto de 2024 hizo algo más radical que cualquier diseño que hubiera grabado antes. Decidió borrarlo todo. No solo la tinta, también el pasado que venía con ella.
En conversación con G1, reveló que comenzó un proceso de transformación espiritual. De Souza encontró una nueva perspectiva en la religión evangélica y se alejó de la vida de excesos que llevaba, pues antes había pasado por un período de adicción a las drogas.
“Ya no me sentía bien, ya no me convenía. Era un mundo de excesos. Llegó un momento en el que me sentí como una atracción de circo”, declaró en diálogo con O Globo.
Luego de esto, el hombre pudo conseguir a un especialista que se ofreció a quitarle los tatuajes completamente gratis. Se trató de Franco da Rocha, quien se conmovió con su testimonio de salvación divina.
El doloroso proceso de eliminar los 170 tatuajes

Leandro de Souza suele compartir sobre sus sesiones de láser en redes sociales. Sin embargo, ha revelado que no es un proceso sencillo y es bastante doloroso.
“Duele mucho, por más que le pongan anestesia, el dolor es horrible. Pero eso es parte del precio de las cosas que he hecho en el pasado”, dijo en uno de sus videos.
Ya se ha realizado cuatro sesiones y aún le quedan dos más. Cada visita al especialista ocurre cada tres meses, y el procedimiento en quirófano dura entre 30 y 40 minutos.
Además de quitarse los tatuajes, el hombre también decidió cambiar su vida. En la actualidad, se encuentra en la búsqueda de un empleo estable como fotógrafo para reunir los ingresos necesarios con los que pueda mantener a su hijo de 10 años.
Al mismo tiempo, enfrenta un proceso legal en el que solicita la tutela de su madre, una mujer de edad avanzada que reside en un geriátrico
“Hoy vivo con una comprensión de todo para no estar ansioso. Para no tener prisa por nada. Porque hay un momento adecuado bajo el cielo para todo”, finalizó.
