
Transitarte 2024 es un ejemplo de que concebir el acceso a la cultura como un “gasto” es, cuanto menos, un grosero error de cálculo.
Si el bienestar y goce de las personas no basta como argumento para impulsar iniciativas como esta, las cajas registradoras de los comercios aledaños y el crecimiento de los emprendimientos y propuestas artísticas que forman parte del evento, tienen muchos motivos para agregar a la discusión.
Gracias a este festival, miles de personas pueden disfrutar de la ilusión de una ciudad llena de arte y entretenimiento en un ambiente seguro. A la vez, decenas de artistas y emprendedores encuentran una oportunidad única para desarrollar sus proyectos.
Este sábado, en la tarima del parque Nacional, dos voces jóvenes invitaban a soltar los pies y caderas al sazón de su flow y pegajosos ritmos de reggae y R&B. Quienes llenaban de energía ese escenario eran Alexa y Joey Olivas Vázquez, dos hermanos que desde hace 6 años formaron el dúo de música urbana Jabs.

Los ganadores del premio ACAM 2023 a mejor álbum urbano, por su producción Waves, son oriundos de Guápiles, Limón. Afirman que participar en Transitarte es una oportunidad para hacer llegar a más personas su proyecto musical y a la vez les llena de energía para seguir adelante.
“Es muy importante la exposición y la motivación que a uno le da esto para hacer su trabajo mejor. Está increíblemente bien producido, el sonido precioso, la tarima; todo. Como artista a uno lo motiva para pasar al siguiente nivel y cumplir con el mercado, que está muy fuerte”, comentó la cantante.
Rodeando la tarima donde Jabs compartía el sabor de su música, decenas de toldos forman un pasillo en “U” donde las personas tienen a su disposición stands con ventas de joyas, ropa, comida y otros artículos.

En uno de estos puestos, Karla Solano y su hija Alina, muestran a los transeúntes las prendas de ropa de su negocio Cambiaré Tejidos. Solano creó este emprendimiento hace 17 años, según explica, ante una necesidad económica que afrontaba en ese entonces.
“Transitarte es una gran ventana para darme a conocer, ver a la gente y lo que le encanta el producto, su cara de admiración me llena de felicidad. Me ha servido para hacer prueba de mis piezas y he tenido muy buenas ventas”, expresó la emprendedora.
La comerciante, que participa por tercera vez en este evento, considera que este tipo de espacios deberían ser más recurrentes, agilizando los permisos y requisitos necesarios.
“Veo a la gente tan contenta de poder andar tranquilamente sin carros. Si yo pudiera explicar lo lindo que es ver a la gente mayor, los niños, las personas que andan paseando con sus perritos y tan cerca de sus hogares... es maravilloso. Esto debería repetirse muchas veces más”, aseguró.