Luego de casi cuatro décadas de hacer crítica humorística en la prensa costarricense, con las populares secciones La Machaca y La Purruja, falleció el periodista Miguel Ángel Agüero Alfaro la noche de este jueves 27 de junio, en su casa de habitación en Zapote. Tenía 84 años.
“Murió en la casa, en su camita, donde él quería estar. Le dio bronquitis; tenía el corazón muy débil”, explicó Ana María Agüero, hija del periodista.
La vela del comunicador comenzará esta misma noche en la Funeraria Montesacro, en San Pedro de Montes de Oca. Este viernes 28, el cuerpo de Agüero será cremado a la 1 p. m.
Luego de trabajar en contabilidad y ventas, Agüero empezó su camino en el periodismo con una formación autodidacta. Fue redactor de Política y Deportes, asistente del director, editor de Internacionales y lo que lo hizo famoso fue el aporte crítico, lleno de humor y de sátira política, que comenzó en el diario La Prensa Libre, en 1980, con la sección La Purruja y luego, a finales de esa década, pasó al periódico La República como La Machaca. Esa fue su trinchera y el trabajo que le dio su mote, el Machaco.
“Mi padre fue una persona sumamente inteligente y muy trabajadora. Estuvo trabajando hasta un día antes de la bronquitis; la última Machaca fue el 14 de junio”, recordó la hija. Ella cuenta que la muerte de su madre Irene Soto Duarte, que ocurrió en agosto, le afectó mucho a su progenitor.
Análisis de la función pública y punzantes observaciones caracterizaban su labor. Cuando María Montero le preguntó, para un perfil en AmeliaRueda.com en el 2014, qué era La Machaca, él respondió: “Son críticas envueltas en papel de chiste. Subraya el error en la función pública y señala cosas que están sucediendo o cosas a las que no se les da la suficiente importancia. La Machaca critica, pero no ofende. Es absolutamente respetuosa de la vida privada de las personas, en eso no me meto. En política, trato de no tomar partido por nadie. Hablo de todos. La página no sería posible si no tuviera yo absoluta libertad para opinar”.
“Con su humor y su sátira era incomparable, eso era muy importante porque mucha gente lo seguía ya que era muy solidario con su crítica constructiva. A veces eso molestaba a ciertas personas pero como su crítica era sobre situaciones del acontecer nacional alguien tenía que decirlas. Él tenía esa sabiduría para denunciar los temas con fisga y tenía el talento para hacer reír y reflexionar a la misma vez", afirmó Miguel Ángel Agüero, hijo del Machaco.
El Observatorio de la Libertad de Expresión le otorgó el Premio de la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información 2012. Además, el Colegio de Periodistas le reconoció su carrera en febrero del 2015.
En un perfil que le realizó el periodista Luis Fernando Cascante para La República, el Machaco afirmó que su crítica iba dirigida siempre al funcionario público y no a la persona. “A mí nadie me ha llevado a un juicio. Hago las cosas con base en lo legal. Tampoco me meto en la vida privada de las personas, porque eso es otra cosa”, había dicho Agüero.
Además, en dicha publicación, el periodista afirmó que sus amigos más cercanos no eran políticos ni contemporáneos, sino sus compañeros de trabajo, algo que se ve reflejado en las diferentes fotografías que Agüero compartía en su perfil de Facebook, donde siempre salía acompañado por ellos.