El expresidente Luis Guillermo Solís, sin duda, está más que costumbrado a la diplomacia y a reuniones políticas en cumbres y encuentros internacionales. Este sábado, sin embargo, cambiará de escenario.
El exmandatario de Costa Rica será parte del panel Política, democracia y derechos humanos en Centroamérica, que se realizará en el marco del Festival Centroamérica Cuenta que comienza este viernes, en Guatemala. En ese encuentro compartirá con figuras como Tamara Taraciuk Broner, de Uruguay; José Carlos Ugaz, de Perú; y Dina Fernández, de Guatemala.
Solís conversó con Viva sobre sus impresiones del panel -que comenzará a las 5:30 p. m.- y las expectativas que tiene al visitar Guatemala con este motivo.
—¿Cómo surgió la invitación al festival?
—Don Sergio Ramírez (fundador del festival) y yo somos amigos desde hace años, compañeros de andadas centroamericanas desde los años 90 después del proceso del Acuerdo de Esquipulas. Nos hemos tenido en contacto por afinidades con Centroamérica, por cariño con los países, y hemos dado peleas juntas en favor de la democracia en su país. En ese marco de vínculos me pidió que les acompañara.
—En este panel sobre democracias y derechos humanos, ¿qué es lo que más le interesa destacar?
—La responsabiliad que tenemos los intelectuales, artistas y ciudadanos en defender y propiciar esos valores, que son valores universales y me parece que están siendo severamente lesionados en Centroamérica. Es una experiencia que lamentablemente han sufrido mucho los periodistas y los escritores de Latinoamérica, incluso en fechas recientes. Es imposible dividir y separar la creación artística con esos valores esenciales del género humano.
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—Para usted, ¿dónde reside la importancia de estos espacios?
—Yo creo que tiene distintas importancias: primeramente presentar la creación artística y establecer contactos, porque el trabajo en red es muy importante para potenciar el arte. Son buenos momentos para acercar autores al público, porque a veces es difícil que se sienta cercano a un autor porque no vive en un mismo país o porque se convierte en figura en el firmamento internacional y no está a la mano.
”Me acuerdo con mucha emoción de mis encuentros con Premios Nobel en literatura, a quienes solo conocía por sus escritos y que tuve la oportunidad de presentar como José Saramago y Mario Vargas Llosa. Esa posibilidad es enormemente importante. Los jóvenes se nutren de esto como esponjas.
—El festival es una oportunidad para ponerse al día con respectos a las voces nuevas de la región. ¿Cuán al tanto está usted sobre la literatura del istmo?
—Desafortunadamente, por estar tan afuera de Centroamérica (vive en Estados Unidos), en estos últimos cuatro años me he mantenido poco al tanto de la joven creación. Es una tarea que tengo pendiente y que me emociona asumir pronto, cuando regrese.
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—¿Dónde sitúa el lugar de la literatura dentro de las sociedades centroamericanas?
—Es un papel muy importante y vea que viene desde la época precolombina. Si usted mira los testimonios de los primeros frailes, a propósito de los libros que ellos quemaron, se da cuenta que la palabra escrita religiosa tiene un espacio muy importante en las civilizaciones. Prueba de ello fue la civilización maya que floreció de forma más espectacular en Centroamérica.
“Usted puede encontrar textos eminentemente descriptivos que tenían libros de viajeros del siglo XIX y son de importancia porque buscaban abrir horizontes sobre Centroamérica, Chiapas y Yucatán. Lo mismo después con la literatura feminista, de Gioconda Belli, que es testimonial y es denunciante, que busca ser rupturista. Uno encuentra en la literatura un rol fundamental de denuncia y transformación.
—¿Y en el caso de Costa Rica?
—Costa Rica sigue el patrón regional, desde libros que se consideran más históricos hasta las nuevas épocas que retratan a una sociedad en plena ebullición y cambio acelerado. Puede ir viendo los diferentes momentos descritos a través de Aquileo Echeverría, Magón, Carlos Luis Fallas, Carmen Lira... Siempre hay una relación entre la literatura y la historia nacional de un país.
—¿Qué es lo que más le emociona de ser parte del festival?
—Tengo tres emociones. Desgraciadamente solo estaré dos días en Guatemala, pero lo primero será encontrarme con Sergio (Ramírez), a quien le debo un abrazo muy fraternal porque sé que ha estado sufriendo mucho por la persecución de la cual es objeto. También encontrarme con escritores a quienes no tengo el placer de conocer. Tercero: volver a Guatemala es siempre para mí un enorme gusto. Después de Costa Rica, es el país que mejor conozco y, por supuesto, comerme unos frijoles refritos siempre lo echo mucho de menos.
Puede seguir esta y otras actividades del Festival Centroamérica Cuenta en las redes sociales del evento y en su sitio oficial centroamericacuenta.com