Supongamos que el amor es una ocurrencia inevitable y que los gestos que lo rodean no son decisiones arbitrarias, son tradiciones aprendidas y heredadas de la vida en familia.
En la XIII Temporada de Jóvenes Directoras, tres mujeres se han inquietado por investigar historias comunes y corrientes: la historia de la familia destinada a repetir los mismos errores generación tras generación; la historia de los patrones de afecto que construyen y arruinan relaciones.
Teatro Universitario (en Montes de Oca) estrena hoy, a las 8 p. m., los montajes De cómo me enseñaron a amar –dirigido por Daniela Mora– y Lo frío y lo caliente del lenguaje de las flores –codirección de Carmen Arias y Hanna Gómez–.
Pese a sus preocupaciones comunes, el trabajo de las dos propuestas es significativamente distinto. El programa Jóvenes Directoras permite que mujeres egresadas de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica experimenten con textos y lenguajes escénicos de su preferencia.
Esta temporada, las funciones se ofrecerán semanalmente, de jueves a domingo, hasta el primero de mayo. Las entradas tendrán un costo de ¢4.000.
Personal y universal. Las tres directoras partieron de preocupaciones personales para construir universos que convoquen al público.
En el caso de De cómo me enseñaron a amar , después de examinar sola el amplio tema del amor, Mora sacó un cuestionario para entrevistar a su familia, amigos y colegas sobre cómo aprendieron a amar y las sensaciones (placenteras o dolorosas) que asocian con ese sentimiento. Las respuestas forman parte de la banda sonora de la obra.
El resto de los textos y sonidos (incluyendo un rap en vivo) son aportes de sus intérpretes: Gabriela Alfaro y Andreina Quirós.
“La obra nace desde preguntas; es empezar a rastrear el material invisible que casi que está intravenoso y que tiene que ver con un cultura visual, cultura social, la educación amorosa y otra serie de elementos”, explicó la directora de 24 años. “Es un trabajo que nace desde la honestidad y de ser fiel a las cosas que queremos ver en escena”.
En el caso de Lo frío y lo caliente del lenguaje de las flores , la plástica también ha sido un recurso central para las codirectoras, quienes intervinieron tanto en escenografía como vestuario.
Arias (de 30 años) y Gómez (de 24) colaboraron para poner en escena dos textos que las apasionaban: Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores , de Federico García Lorca y Lo frío y lo caliente , de Mario O'Donnell.
Las directoras notaron que los textos tenían similitudes que pudieron usar en una misma obra con actuaciones de Liliana Biamonte, Melissa Chan, Madelaine Martínez, Michelle Pérez, Carlos Rodríguez y Yael Salazar.
“Fuimos encontrando elementos en común y nos fuimos en la loquera de explorarlos; como el hombre ausente y una mujer que se dedica al cuido de la casa y está destinada a estar ahí,” detalló Arias. La exploración de temas como la herencia afectiva, los conflictos familiares y la repetición de patrones en varias generaciones devino en la creación un lenguaje escénico propio.
“Es una creación a través del caos: no podemos enmarcarla en ningún estilo. Nos dimos cuenta de la responsabilidad que conlleva crear desde uno mismo y encontrar nuestro lenguaje”, afirmó Gómez.
La XIII Temporada de Jóvenes Directoras estrenará hoy a las 8 p. m. Las funciones se ofrecerán hasta el 1 de mayo. Los horarios serán de jueves a sábado a las 8 p. m. y los domingos a las 6 p. m. Las entrada tiene un costo de ¢4.000.