Séneca decía que la vida es una obra de teatro que, más que el tiempo vivido, valía más por cómo se representaba.
La vida de don Guido Saénz, al ser una existencia excepcional, tuvo ambos ingredientes: 92 años de logros y aportes para que un país viera de otra forma la cultura. Elevando los estándares de calidad y abriendo mayores espacios para la difusión del arte en sus distintas formas, los caminos llevaron a don Guido Saénz a lazos con toda clase de personajes y todo tipo de lugares.
Nunca desmayó en sus objetivos. Negociando, conversando y en varias ocasiones con uno que otro desencuentro, alcanzó conquistar muchas de sus batallas.
A continuación, ante su lamentable deceso, recordamos algunas imágenes de su vida para celebrar su extraordinario e inolvidable legado. Las pinturas, los museos, los parques, las ferias, la música, los teatros... Gracias por tanto, don Guido.

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