En esta edición de Jóvenes Directoras, ambas propuestas pusieron a dialogar materiales tan diversos como textos poéticos, video instalaciones, registros sonoros de índole documental y canciones de la música popular, entre otros. Amparadas por la Escuela de Artes Dramáticas de la UCR, Daniela Mora y la dupla de Carmen Arias y Hanna Gómez le apostaron a la experimentación como norte de sus trabajos.
De cómo me enseñaron a amar indaga la construcción social del amor y los afectos femeninos. No hay pretensión de hacer afirmaciones definitivas sobre el asunto, sino de formular preguntas y ensayar respuestas que se expresan en los cuerpos de las dos actrices. El enojo y la angustia explotan como síntomas de una educación patriarcal orientada al sacrificio, más que al placer.
La obra es un collage en el cual se acoplan piezas de muchas procedencias. La poesía de Alejandra Pizarnik, la prosa de Julián Marías o la lírica pop de Nancy Sinatra se articulan con secuencias de películas, teleseries y videoclips. También oímos entrevistas de hombres y mujeres “reales” quienes opinan sobre el amor.
Cada pieza de información lleva su propia carga ideológica y ejemplifica el carácter fragmentario de las fuentes que atraviesan nuestros procesos de socialización. Esta variedad discursiva permea una labor actoral que insiste en distanciarse de la ficción.
Al dirigirse al público, las actrices anulan, en numerosos pasajes, la cuarta pared. Así nos recuerdan que la obra tiene un estrecho vínculo con su realidad.
Lo frío y lo caliente del lenguaje de las flores le apuesta al complejo reto de fusionar dos dramaturgias, en apariencia, irreconciliables. Rosita la soltera y el lenguaje de las flores (Federico García Lorca) y Lo frío y lo caliente (Pacho O’Donnell) son desarrolladas, en paralelo, usando una vieja casa como amarre espacial.
El montaje arranca con situaciones específicas de cada historia. Poco a poco, las líneas narrativas –una en el pasado y la otra en el presente– avanzan hasta sincronizarse en sus acciones. En escena, el encuentro de épocas produce sensaciones fantasmagóricas. Los personajes de ayer y hoy habitan en aparente independencia, pero es justo allí cuando ambas dimensiones se tocan y el espectáculo alcanza sus mejores momentos.
El tiempo es protagonista: aquel que se quiere recuperar a la fuerza o el malgastado en la espera de lo imposible. Además, temas como la maternidad, la obsesión, lo ilusorio o las pasiones desgastadas aparecen en esta puesta que funcionó mucho mejor en su clímax que en su aletargado desarrollo previo.
Rescato de estos trabajos el afán de sus directoras de enfrentar riesgos creativos. Sin embargo, se hizo evidente la necesidad de profundizar a nivel formal. Por ejemplo, aspectos esenciales como el uso significativo de los objetos o el diseño del espacio no fueron mencionados en esta reseña porque ninguna de las propuestas hizo aportes relevantes en estos rubros.
FICHA ARTÍSTICA
‘De cómo me enseñaron a amar’
Dirección: Daniela Mora.
Libreto: Autoría colectiva.
Elenco: Gabriela Alfaro, Andreína Quirós.
Plástica escénica: Diana Barquero.
Audiovisuales y banda sonora: Gustavo Abarca.
Vestuario: Natalia Barquero, Melissa Hooker.
Iluminación: Daniela Mora, Diana Barquero, Ricardo Tames.
Producción: Nayubel Montero, Natalia Gutiérrez.
‘Lo frío y lo caliente del lenguaje de las flores’
Dirección: Carmen Arias, Hanna Gómez.
Libreto: Carmen Arias, Hanna Gómez, Rodolfo Arias.
Elenco: Liliana Biamonte, Melissa Chan, Madelaine Martínez, Michelle Pérez, Carlos Rodríguez, Yael Salazar.
Iluminación: Ricardo Tames.
Vestuario: Hanna Gómez.
Diseño escenográfico: Natalia Gutiérrez.
Espacio: Teatro Universitario (UCR).
Fecha: 15 de abril de 2016.