
Por primera vez en su historia, Costa Rica compite por una doble nominación a los premios Óscar con la película El monaguillo, el cura y el jardinero, del director Juan Manuel Fernández.
El país presentó la cinta tanto en la categoría de Mejor Película Internacional como en la de Mejor Documental, según confirmó la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
Semanas atrás, el comité nacional ya había seleccionado la obra como candidata oficial en la categoría de Mejor Película Internacional. Ahora, su postulación también se impulsa como aspirante a Mejor Documental, marcando un precedente en la historia cinematográfica costarricense.
“Este hito refleja la fuerza de nuestros narradores”, declaró Laura López, directora general de Procomer.
“La visión progresista del país, la calidad de sus cineastas y sus paisajes extraordinarios hacen de Costa Rica un territorio ideal para contar historias con propósito”, agregó.
Una historia que marcó a Costa Rica
El documental narra los casos de un monaguillo y un jardinero, quienes denunciaron públicamente al exsacerdote Mauricio Víquez Lizano por abuso sexual infantil.
La denuncia culminó con una sentencia histórica de 20 años de prisión y motivó una reforma legal que amplió el plazo de prescripción de estos delitos: de 10 a 25 años después de que la víctima alcanza la mayoría de edad.
“El proceso de esta película ha sido único, especialmente en Costa Rica, al abordar un tema silenciado durante décadas por las autoridades eclesiásticas y la propia cultura católica”, afirmó Fernández en declaraciones a Variety.
El director subrayó que Costa Rica es uno de los pocos países del mundo donde la religión católica sigue siendo la oficial por ley, lo que —según él— ha fomentado una cultura de permisividad y abuso de poder.
Fernández añadió que aspirar a una doble nominación conlleva una gran responsabilidad: “El objetivo es impulsar reformas legislativas en Latinoamérica, replicando el cambio logrado en Costa Rica. Queremos que ninguna víctima infantil vuelva a ser silenciada o quede sin justicia”.

El monaguillo, el cura y el jardinero retrata las secuelas emocionales, el proceso judicial y las dificultades enfrentadas por las víctimas en su búsqueda de justicia y reparación.
Desde su estreno, el filme ha recibido reconocimiento en festivales nacionales y el respaldo de distintas instituciones culturales del país.
En esencia, la cinta combina el testimonio, la denuncia y la reflexión social, convirtiéndose en una pieza clave para el debate sobre los derechos de la infancia y la rendición de cuentas de las instituciones religiosas en Costa Rica.
Impermanencia, el nuevo proyecto del director
El impulso internacional del documental coincide con el desarrollo del nuevo proyecto de Fernández, Impermanencia, una obra centrada en las elevadas tasas de suicidio en comunidades indígenas de la reserva de Talamanca.
El rodaje, que se extendió por varios años, siguió a dos familias que enfrentaron la pérdida de seres queridos, entre ellos un hombre trans víctima de acoso por su identidad de género.
“Talamanca es una de las reservas más importantes del país y, al mismo tiempo, una de las zonas con más suicidios. Es un territorio profundamente espiritual y complejo; deseo llevar este tema al público costarricense”, comentó el cineasta.
Impermanencia es una coproducción entre Biofilms (Costa Rica) y Proart (El Salvador), con apoyo de Ibermedia. Fue seleccionada recientemente para la sección Works in Progress del mercado Ventana Sur, en Buenos Aires, donde el equipo busca asegurar los fondos finales para completar la película y estrenarla próximamente.

