Puede sonar a tortura, pero si existe un mes en el que se vale buscar las pesadillas es octubre.
El clásico mes del terror comienza este martes y una buena manera de celebrarlo –o sufrirlo– es sumergiéndose en una sala oscura cargada de imágenes espeluznantes.
Mi Butaca Cine Club facilita esa terrible y tentadora experiencia con su nuevo ciclo de películas, todos los martes a las 7 p. m. en la Sala Garbo.
El programa comenzará con un clásico de clásicos: El resplandor, la mítica película de Stanley Kubrick. Este filme de 1980, estelarizado por Jack Nicholson, relata la historia de Jack Torrance, un exprofesor que acepta un puesto como vigilante de invierno en un solitario hotel de montaña para ocuparse del mantenimiento. Al poco tiempo de haberse instalado allí junto con su esposa y su hijo, empieza a sufrir inquietantes trastornos de personalidad.
Recorrer los tétricos pasillos del hotel, en los cuales el terror puede aparecer tras cualquier puerta, se le debe a la mente de Stephen King, quien inspiró la creación de la cinta tras la publicación de su libro homónimo.
El cineclub adelanta que este filme será el primero para penetrar en cómo se exploran los orígenes del terror en el cine. El siguiente martes habrá doble proyección en Sala Garbo, pues será el turno del cortometraje La mansión del diablo y de la película Drácula.
El martes 15 se proyectará otro clásico del cine, firmado por uno de los directores más talentosos (y polémicos): El bebé de Rosemary de Roman Polanski. La película cuenta la historia de una mujer embarazada que sospecha que una secta maligna quiere robar a su bebé para usarlo en rituales.
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El martes 22 la película programada es Frankenstein, inspirada en la novela Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley.
Para culminar con el ciclo más escalofriante, el club acabará la programación con El exorcista, cinta de 1973 dirigida por William Friedkin. Este largometraje cuenta la historia de Regan, una niña de doce años, quien es víctima de fenómenos paranormales como levitación y manifestación de fuerzas sobrehumanas.
En la película, la madre somete a su hija a múltiples análisis médicos que no ofrecen ningún resultado, así que acude a un sacerdote con estudios de psiquiatría. El cura le dice a la madre que esos males no son físicos sino espirituales, lo cual indica que la niña es víctima de una posesión diabólica. Por eso, con la ayuda de otro sacerdote, deciden practicarle un exorcismo.
La entrada a las funciones cuestan ¢2.000. Sala Garbo se ubica en avenida 2, en San José.