Dereck Bravo, conocido en redes sociales como Churry, suma más de 402.000 seguidores en sus plataformas digitales. Su carisma, sencillez y autenticidad han sido semillas que germinaron en una comunidad sólida y cercana, cautivada por el contenido fresco y orgánico que comparte.
Pero su historia va mucho más allá de hacer reír. Con apenas 22 años, transformó un chiste en un negocio que hoy sostiene a su familia. El camino, sin embargo, estuvo lleno de dudas y tropiezos, además de muchas preguntas sobre su verdadero potencial.
“Salí del colegio en pandemia, entonces encontrar trabajo estaba complicado. Hice pasantías y no quedaba. Era raro porque tenía un buen currículum y buenas capacidades”, recordó Bravo.
Ante la dificultad para conseguir empleo, tomó una decisión que cambiaría su vida. Consciente de la necesidad de aportar económicamente en su hogar, decidió explorar algo que siempre había estado en él: la creatividad y el humor.
“Siempre he sido carismático, soy introvertido, pero siempre tengo ocurrencias. Todos me decían: ‘usted es muy gracioso, tiene que aprovecharlo’. Entonces dije: ‘¿por qué no?’”, relató.
Así, con la ayuda de dos amigos, empezó a grabar videos. Tras dos intentos fallidos en Instagram, probó suerte en TikTok, donde el apoyo llegó casi de inmediato.
“Hablé con mi familia y les dije: ‘Denme seis meses y no sé cómo le voy a hacer, pero esto me va a dar de comer’. Voy escalonando y me falta un montón, pero ya llegué a un buen punto”, recordó.
Churry creció en Calle Fallas, de Desamparados, y su infancia estuvo marcada por juegos en la calle, como el popular “escondido” y mejengas sin fin. “No teníamos lujos, pero tampoco nos moríamos de hambre. Éramos pobres, pero no pobrecitos”, añadió entre sonrisas.
Su curioso apodo nació en el colegio, cuando un compañero comparó su forma de chiflar con el canto de un pájaro al que llamaban Churry.
De chiste a negocio
Un día, entre risas con sus amigos, Churry observó los tenis gastados de uno de ellos y los comparó con unas hamburguesas. Ese simple comentario encendió la chispa de una idea.
“Todos nos comenzamos a reír y pensé en hacer un video sobre zapatos, pero que fueran como carros, que hay que sacarles papeles”, narró.
El resultado fue uno de sus videos más virales −con más de un millón de reproducciones y 130.000 “me gusta”−, en el que se convierte en un oficial de tránsito que le pide el marchamo y la revisión técnica a unos zapatos.
De ese chiste nació su primer restaurante de hamburguesas. Un amigo le dio el capital inicial y así abrió su primer local en barrio La California, San José. Aunque ciertas circunstancias lo obligaron a cerrarlo, meses después renació el proyecto en el centro comercial Las Palmas, diagonal a Multiplaza del Este en Curridabat, bajo el nombre Las Hammburguesas.
Sus platillos para llevar se sirven en cajas que simulan ser de zapatos y el logo retrata a Churry con su distintivo estilo: parte del cabello pintado de blanco. Además, las hamburguesas llevan nombres de famosos tenis; por ejemplo: la Jordan Burger y la Stan Smith Burger.
“Tanto en emprender como lo que sea que usted haga, las redes sociales están en el día a día. Hemos visto que los creadores están en negocios, en fútbol, en boxeo. Las redes sociales impulsan cualquier cosa y cualquier emprendimiento puede surgir gracias a ellas. Gracias a Dios y a mi público, yo ya tenía una fuercilla y eso es lo que ha ayudado bastante”, comentó.
Hoy, el negocio no solo le da sustento, sino que también emplea a su madre, a su tío y a otros jóvenes que se encargan de la cocina.
Sueños cumplidos y metas por alcanzar
El cariño de su público le abrió puertas impensadas. De niño, Churry soñaba con ser futbolista y pudo cumplirlo al integrarse a la Selección de Creadores de Contenido de Costa Rica, una iniciativa que reúne a generadores que aman el fútbol. Con ella viajó por primera vez fuera del país, a Panamá, donde vivió la emoción de representar a su nación en un estadio lleno.
“Nos hicieron un tour, un recorrido, el estadio estaba a reventar. A final de cuentas ese fue mi sueño: representar a mi país jugando fútbol. Hice un gol, no nos dio para ganar, pero fue un sueño hecho realidad”, compartió emocionado.
Entre sus planes futuros está crear contenido más elaborado para YouTube, además de expandir su negocio de hamburguesas por todo el país e incluso fuera de Costa Rica. “La gente me pide abrir en otros lados”, asegura.
‘De donde yo vengo todo es ganancia’
Churry sostiene que Costa Rica sí apoya a los creadores de contenido, aunque el público requiere calidad. “Siento que no es que nos metemos el pie, sino que el tico exige mucho”, aseguró.
Su consejo para quienes quieren seguir este camino es claro: “Si usted quiere hacer contenido, sea original y muy autocrítico. Si piensa que algo le falta, espere, siga trabajando y hágalo mejor”.
Churry no duda que su vida cambió completamente gracias a la exposición en redes. Aunque mantiene la misma esencia, algo “charlatán, serio y ocurrente”, ahora se siente capaz de cumplir cualquier meta que se proponga.
“De donde yo vengo es muy difícil cualquier cosa, por más mínimo que parezca. Por eso yo digo: ‘yo nunca pierdo porque de donde yo vengo todo es ganancia’”, reflexionó.
Aunque al inicio su familia no confió en su proyecto, su abuela sí creyó en él y fue pilar de apoyo en momentos claves. Ahora, tras demostrar resultados, se siente agradecido de haber perseverado.
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Si no hubiera seguido la ruta del contenido digital, probablemente estaría en la música, otra de sus pasiones. Hoy mantiene un proyecto llamado Vibes Room, donde junto a otros artistas produce sesiones musicales. Entre ellas, ya lanzó una colaboración con Haquil y adelanta otra con el cantante Deeikel.
Con tatuajes cargados de significado y un estilo relajado que prioriza los tenis y las camisas de fútbol, Churry confiesa que sus mayores inspiraciones son su abuelo y su madre, quienes le enseñaron a “ponerle bonito y que nada es regalado”.
En la cocina de su restaurante, entre bromas y el aroma a pan recién tostado, dejó claro que su historia no es solo la de un creador de contenido o la de un simple emprendedor: es la de alguien que confío en sí mismo para convertir sus sueños en realidad.
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