
Santiago
Un museo a la altura de un mito. La capital chilena acaba de abrir un nuevo museo consagrado a la polifacética Violeta Parra, una de las artistas más universales que ha dado Chile.
El museo, inaugurado por la presidenta chilena Michelle Bachelet, recoge buena parte de la obra pictórica de la autora de "Gracias a la vida". En total, 49 obras —óleos, papel 'maché' y bordados en arpillera—, así como objetos suyos, entre ellos una máquina de coser, muestran al espectador otra faceta importante aunque menos conocida por el gran público de la artista.

Su obra catalogada fundamentalmente en manos de sus familiares se expone en dos grandes salas que plasman su dimensión "humana" y otra "divina" donde lo religioso adquiere un papel protagónico, explica el director del museo, Leonardo Mellado, para quien Violeta Parra se convirtió en "símbolo de la cultura popular", dando "voz a los sin voz".

"Fue cantora porque todos sus familiares cantaban, pero de un día a otro se convirtió en pintora, bordadora, ceramista. Se propuso hacer una exposición en el Louvre (en París) y lo consiguió", convirtiéndose en la primera chilena en llevar su obra a este templo del arte, dice a la AFP esta mujer menuda que cantó junto con su madre en escenarios de medio mundo.
"La Viola", como gusta llamar a su madre, "miraba muy alto", aunque su mayor cualidad era su "sencillez extrema". "Y junto a ello, la genialidad, la lucha, la fuerza, el dolor y la alegría", agrega.

"Este museo debería haberse abierto mucho antes", como era el deseo de su madre, fallecida en 1967, quien ya pensaba en que tenía que "hacer un museo Violeta Parra".
La presidenta Bachelet decidió ya en su primer gobierno (2006-2010) poner en marcha el proyecto pero tuvieron que pasar los años y un gobierno conservador entre medias, para que al final haya podido ver la luz el mismo día en que hubiera cumplido 98 años, el pasado 4 de octubre.

Una señal inequívoca de que su espíritu prevalece en este país que ha dado poetas de la talla de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, ambos coronados con el premio Nobel de Literatura, o su propio hermano Nicanor Parra , con 101 años, primogénito de una estirpe de músicos y literatos que sigue marcando la vida cultural chilena.