Durante el siglo XX, el bolero se convirtió en uno de los géneros más representativos del amor y la nostalgia en América Latina. Con origen cubano, este estilo destacó por su ritmo pausado, sus melodías suaves y letras cargadas de emoción. Una de sus piezas más emblemáticas es Nosotros, escrita en 1943 por el pianista Pedro Junco. La compuso poco antes de morir a los 23 años, transformando su trágica historia de amor en leyenda.
LEA MÁS: La historia real de ‘El Chavo’ llega a ‘streaming’: ¡Vea el emocionante tráiler aquí!
El inicio de una vida corta, pero intensa
Pedro Buenaventura Jesús del Junco-Redondas, conocido como Pedro Junco, nació en Pinar del Río, en el extremo occidental de Cuba. Desde los seis años estudió piano. A los 19 se graduó como maestro de música en el conservatorio Orbón de su ciudad. Su talento y sensibilidad artística destacaron de inmediato. Se reflejaron tanto en su obra como en su forma de ser.
“Fue un pianista excelente, extraordinariamente dotado. Nadie cantaba como él sus melodías, aunque raras veces lo hiciera fuera de un ámbito reducido. Era también hombre de otras inquietudes: hizo estudios de Derecho, que dejó inconclusos, y fundó en Pinar del Río la Asociación de Prensa y Radio”, relató su amigo Amado Martínez-Malo, quien escribió un libro sobre su vida.

Descrito como alto, atlético, reservado y observador, Junco también era conocido por su intensidad al entablar vínculos personales. Tenía voz de barítono y una vida sentimental marcada por romances profundos. Uno de ellos fue con “Cubita la bella”, una trapecista del circo Montalvo. A ella le dedicó el bolero Por ti. También habría tenido relaciones con mujeres mayores y hasta con una monja.
La musa que inspiró el adiós
Su historia más significativa comenzó en una fiesta, cuando conoció a María Victoria Mora Morales. Ella era una joven de familia acomodada originaria de San Juan y Martínez. Los padres de la muchacha desaprobaban la fama bohemia del compositor. A pesar de ello, el romance avanzó de forma clandestina. Siguió gracias a encuentros secretos y una conexión profunda.
Todo cambió tras un diagnóstico devastador. Junco padecía tuberculosis, una enfermedad que en esa época representaba una condena. El primer síntoma surgió el 9 de marzo de 1939, cuando sufrió un ataque de tos con sangre. Cuatro años después, en abril de 1943, fue internado en la Clínica Damas de la Covadonga, en La Habana. Quedó bajo estricto aislamiento.
LEA MÁS: Reconocido cantante vivió incómodo momento en Costa Rica: ¡No querían ni hablarle!
Durante su convalecencia, Pedro escribió una carta para María Victoria y decidió convertir esas palabras en música. Así nació Nosotros, una canción que canalizó su dolor y se volvió su adiós más íntimo.
“Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizás no esperes, doloroso tal vez. Escúchame, aunque me duela el alma, yo necesito hablarte, y así lo haré”, fueron los primeros versos que plasmó en papel.
Luego pidió a su amigo, el trovador Tony Chiroldes, que interpretara el tema en un programa popular de la Estación Radial CMAB de Pinar del Río. María Victoria escuchaba esa emisora cada noche.
La canción llegó como un puñal a los oídos de la joven: “Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos amándonos estamos. Nosotros, que del amor hicimos un sol maravilloso, romance tan divino”.
Conmovida y desesperada por la ausencia de su amado, María Victoria acudió al hospital con la esperanza de verlo una vez más. No logró hacerlo. Pedro Junco murió el 25 de abril de 1943, pocos minutos después de las 10 p. m. La causa fue anoxemia y bronconeumonía.
Su muerte conmovió profundamente a Pinar del Río. La ciudad detuvo su ritmo. Se suspendió el tránsito, los comercios cerraron y la emisora local declaró luto.
El ataúd, cubierto con la bandera cubana, recorrió la calle Martí. Las mujeres lanzaron flores al paso del cortejo. Entre lágrimas, los asistentes entonaron la canción que se convirtió en su despedida: “Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más. No es falta de cariño. Te quiero con el alma. Te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien. Te digo adiós”.
Un legado que supera el tiempo
El amor que Junco sintió por María Victoria inspiró varias de sus composiciones. Entre ellas: Tu mirar, Soy como soy, Te espero, Estoy triste, Cuando hablo contigo, Una más y Yo te lo dije.
También le dedicó poemas como Versos míos para ti, publicado en el Diario de la Marina en octubre de 1941. Escribió además Mi santuario, Gracias y Lo que yo quiero. Su talento fue reconocido por intérpretes como Rita Montaner y Esther Borja. Su obra cruzó fronteras y se cantó en México, Argentina, Puerto Rico, Venezuela, República Dominicana y Panamá.
LEA MÁS: Karol G estrenará documental en Netflix y una costarricense vivió la exclusiva premier
Sin embargo, fue Nosotros la canción que inmortalizó su nombre. A más de 80 años de su creación, permanece vigente gracias a artistas como la Orquesta Aragón —en versión cha cha chá—, Julio Iglesias, Pedro Vargas, Omara Portuondo, Los Panchos, Plácido Domingo y Luis Miguel.
Este bolero no solo encarna un testimonio profundo de amor y pérdida. También se convirtió en uno de los himnos más emotivos de la música latinoamericana.