La tensión, las pasarelas y los últimos entrenamientos forman parte de las semanas previas para la coronación del Miss Universe Costa Rica 2025, evento que se realizará el sábado 19 de julio.
La ganadora saldrá de 15 concursantes; nueve de ellas ya contaron su historia a través de La Nación, pero en esta ocasión quienes se sometieron al escrutinio de este medio fueron la oriunda de Puriscal, Katherine Bustamante; Natalia González, una virreina del 2023, y la cartaginesa Anlly Alvarado, quien narró situaciones que nunca contó antes.
Anlly Alvarado, 28 años

- ¿Por qué desea ganar el certamen?
Para mí no hay nada más bonito que representar internacionalmente a una nación que tiene tantas cosas por ofrecer. Además yo tengo un mensaje para el universo entero, y ese es de perdón y de amor propio.
- ¿Por qué justamente ese mensaje es el escogido?
He pasado ciertas situaciones en mi vida que me llevaron a entender que las relaciones a veces son duraderas y a veces no. He tenido que encontrar no solo el perdón para los demás, sino para mí misma.
- Todas las personas tienen una historia de vida. ¿Cuál es la suya?
Siempre fui una niña muy independiente, y eso lo traje a mi adolescencia y a mi adultez. Creo que mi última década ha sido una montaña rusa, pero eso me dejó aprendizaje, madurez, independencia económica y social de todo tipo, lo que me ha formado como la mujer que soy hoy en día.
- ¿Cuál es la mayor lección que ha aprendido en la vida y que todo mundo tiene que saber?
Es aprender a perdonar.
- Usted habla mucho de esa palabra, el perdón. ¿A quién tuvo que perdonar y por qué?
Esto me quebranta un poquito y, quizá por eso, trato de no mencionarlo. Sin embargo creo que es importante hablarlo. Muchas veces tenemos que perdonar a nuestra propia familia, a nuestros propios padres.
“Hoy en día, que ya estoy grande, que ya pasé todas esas situaciones que viví, tal vez no quisiera como ni victimizarse ni dejar en mal a mi familia, porque ellos no merecen eso y sé que dieron lo mejor para mí con las herramientas que tuvieron.
Sin embargo, está bien aceptar que se cometieron errores y está bien buscar cambiar ese pequeño error que sucedió en el pasado".
- ¿Le gustaría contarnos cuál fue esa situación o prefiere dejarlo de lado?
Ok, estoy lista… Como mencionaba, fui muy independiente desde muy pequeña, más que todo porque en mi casa siempre hubo mucho conflicto, los gritos eran la manera de hablar. Vi violencia de muchas formas y también se tomaron decisiones que tal vez afectaban a todos. Esto me hizo empezar a madurar a una temprana edad y ya para mi adolescencia yo decía: ‘Dios mío, yo siento que pienso como una persona de 40 años’.
“A mis 22 años me independicé, me faltó comida, me faltó plata, me ha faltado de todo, pero me he dado cuenta lo fuerte que yo soy, porque puedo afrontar. No he tenido nada y, aun así, puedo estar el día de hoy aquí sentada, pudiéndole hablar a las personas para que puedan salir adelante tal y como yo lo hice, eso es lo que me enorgullece.
- ¿Cómo define el término belleza?
Viene de adentro, totalmente y al 100 %. De nada sirve que yo me vea bella por fuera si, por dentro me siento mal, me siento fea y no tengo valores. Hay que tener un balance en todas las áreas y por eso ser bella a veces es tan difícil, porque tenés que tener un balance físico, mental, espiritual y, a la vez, verte bien.
- ¿Cómo se describe a usted misma?
Como una persona apasionada. Soy muy intensa para hacer todo y, a la vez, muy creativa.
- Fuera de los certámenes de belleza, ¿cuál sería un sueño que le falta por cumplir?
Proyectarme en una plataforma para dar a conocer el talento tan bello que tiene mi bella Costa Rica.
Katherine Bustamante, 29 años

- ¿Por qué desea ganar?
Mi propósito acá es darle voz y visibilidad a historias reales, que hablen de amor, de propósito. Quiero poder ayudar y elevar a otras personas a que vean que, independientemente de la historia de vida que tengamos, eso no determina los sueños que podemos alcanzar.
- ¿Cuál es su historia de vida?
Yo he sido testimonio de muchísimas situaciones que he superado en mi vida. Una en particular, la cual me marcó profundamente, fue un accidente que tuve en mi adolescencia. Más allá que un daño físico, en su momento me marcó generándome un daño emocional, haciéndome creer que tenía que renunciar a mi sueño.
“Eso sí, en algún momento me dije: ‘Si he superado otros obstáculos, como, por ejemplo, la separación de mis papás desde pequeña, situaciones de abuso, violencia, de todo desde pequeña, entonces, esto no me va a definir’”.
- ¿Por qué la marcó tanto ese accidente?
Desde niña siempre quise ser modelo y estar en certámenes de belleza, y en su momento se le daba como más relevancia a un tema físico. Yo veía los certámenes y sus cuerpos perfectos, y que jamás podía existir una cicatriz en un abdomen.
“Y cuando yo veía la cicatriz que quedó en mi abdomen, me decía: ‘Ahora se cerró el sueño para mí, imposible estar en un escenario’. En ese entoncs mi vida tomó otro rumbo, soy licenciada en Administración de Empresas con énfasis en Recursos Humanos, una especialidad en liderazgo y gestión del talento, trabajaba para la banca privada, ya era profesional y exitosa, pero siempre estuvo como ese deseo ahí”.
- ¿Cómo volvió a las pasarelas?
Empecé a investigar sobre agencias de modelaje, un día encontré una y me dijeron: ‘En lugar de que seas modelo, queremos que participes en un certamen de belleza’. Entonces realicé el casting, gané el nacional, fui al internacional (Miss Cultural Continental 2024) y también lo gané. Todo eso ocultando la cicatriz.
“Tiempo después conocí a la doctora de las misses, Jennifer Fallas. Ella me realizó una plastia y básicamente tengo una línea que la borró. Pero en todo este proceso entendí que todos tenemos una cicatriz o alguna marca, sea física o emocional, se vea o no".
- ¿Cómo define el término belleza?
Para mí es una armonía entre lo físico, lo emocional y lo espiritual. Debe tener relación con nuestras acciones, el cómo nosotros nos relacionamos con los demás. Es esa armonía entre lo que somos, pensamos y accionamos.
- ¿Y cómo se describe usted misma?
Una persona perseverante, apasionada por cumplir sus sueños y una persona que tiene en su propósito de vida ayudar.
- ¿Cuál es un sueño que le falta por cumplir?
Siempre he querido ser actriz.
Natalia González, 26 años

- ¿Por qué quiere ganar el certamen?
Me encantaría tener la oportunidad de representar a mi país y, principalmente, a todas las mujeres luchadoras que siempre buscan sus sueños, que son perseverantes como yo, resilientes, y que tienen metas en la vida.
- Después de ser virreina en el 2023, ¿toma esto como una segunda oportunidad?
Yo lo veo como una muestra de valentía, del amor propio y de mis ganas de seguir luchando por mis sueños.
- ¿Cuál es su historia de vida?
Yo les diría que no vengo de una historia trágica, vengo de una historia de esfuerzo, de mucho trabajo, de constancia, de disciplina y esos son los valores que me han inculcado en mi familia. No me gustaría que me reconozcan por nada negativo, sino por todo lo positivo que he aportado, por mis estudios, por mi disciplina y por todo lo que uno tiene que ofrecer al mundo más allá de algo o una connotación negativa.
- ¿Cuándo inició en este camino del modelaje y qué ha sido lo más difícil?
Inicié en el 2019 cuando tenía 19 años; ya llevo seis años en certámenes. Los retos son los típicos del mundo de modelaje, como por ejemplo la validación, entender que uno nunca le va ni caer bien a todo el mundo ni gustar a todo el mundo, que la crítica no me define y no dejar que nadie más diga cuánto vale uno.
- ¿Cuál ha sido esa lección de vida que la marcó?
Me encantaría que todo el mundo sepa que uno debe trabajar siempre en el amor propio y tal vez no medir nuestro valor en un espejo, sino en todas las cualidades positivas que tenemos que ofrecer como seres humanos.
“Yo, desde niña, tuve una timidez extrema. Ahora estoy en un concurso, en un escenario y con un micrófono, dando con esto un mensaje de superación, principalmente.
- ¿En algún momento le fue difícil cultivar el amor propio?
Yo soy muy alta. De hecho fui la más alta del colegio y la escuela (1.76 m), y en primero o segundo grado yo decía: ¿Por qué yo soy tan grande?’, entonces a veces me jorobaba.
“Me sentía como un gigante y, alguna vez, algún compañero sí me hizo algún comentario con respecto a mi altura. Ya después uno va teniendo esa valentía de afrontar la vida y ver que ser alta no fue nunca nada negativo, si no fue una cualidad física que me ha abierto montones de puertas”.
- ¿Cómo define la belleza?
Es cuando brillamos desde adentro cuando se puede ver nuestra verdadera luz, nuestra autenticidad. También, es la forma en la que ayudamos a los demás a brillar.
-¿Cómo se describiría a usted misma?
Resiliente, perseverante y auténtica.
- ¿Cuál sería un sueño que le falta por cumplir?
Me encantaría tener una fundación de apoyo a las mujeres en zonas vulnerables, para ayudarles a salir adelante.