
Con una residencia histórica de 30 fechas completamente agotadas, Bad Bunny sorprendió al transformar el Coliseo de Puerto Rico en una experiencia inmersiva que incluye una casa real dentro del escenario.
Esta edificación se convirtió en el epicentro emocional y escenográfico del show, donde el artista cantó desde el balcón, interactuó en el techo y recibió a celebridades como LeBron James, Kylian Mbappé, Ricky Martin y Eladio Carrión.
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El diseño de esta peculiar vivienda estuvo a cargo de la puertorriqueña Mayna Magruder Ortiz, quien se basó en la residencia real que aparece en el cortometraje Debí tomar más fotos. La construcción fue liderada por el también puertorriqueño Rafael Pérez Rodríguez y su empresa RPFX Logistics.
La casa mide 42 pies de ancho por 42 de largo, con un techo de 12 pies de alto. Fue construida en secciones en un taller de 10.000 pies cuadrados y transportada en tres camiones.
Magruder Ortiz explicó que recibió una llamada para preguntarle si era posible construir una casa dentro del coliseo puertorriqueño. A pesar del reto que implicaba el peso y las interacciones previstas en la estructura, aceptó el desafío. Su experiencia en producción para cine y televisión le permitió replicar fielmente elementos del modelo original.
Entre los detalles incluidos hay sofás, televisores, una cocina convertida en barra, cerámicas y obras de artistas puertorriqueños como Lorenzo Omar y Alexis Díaz.
Aunque el diseño conservó el ancho original de la casa ubicada en Humacao, se redujo la profundidad por razones técnicas. La estructura puede alojar hasta 30 personas en el interior, 15 en el balcón y hasta 20 sobre el techo.
El equipo de RPFX Logistics también se encargó de crear la gigantesca montaña que domina el escenario central. La construcción comenzó cuatro meses antes del primer espectáculo, en un taller de 10.000 pies cuadrados en Carolina.
La casa se construyó en secciones para facilitar su traslado en tres camiones. Cuatro días antes del inicio del evento, se ensambló, pintó y decoró en el coliseo.
La montaña principal, con 62 pies de alto y más de 130 pies de ancho, fue fabricada con 490 bloques de ‘foam’ cortados a máquina.
El proceso incluyó la logística de transporte y ensamblaje, en coordinación con la Policía de Puerto Rico, para mantener el proyecto oculto hasta su revelación. En total, se usaron 32 camiones para trasladar los módulos cubiertos con grama artificial desde la antigua cárcel del Oso Blanco, en San Juan.
La residencia, anunciada el 13 de enero de 2025, arrancó el 11 de julio y se extenderá hasta el 14 de setiembre. En solo cuatro horas, Bad Bunny vendió 400.000 entradas, lo que obligó a ampliar la residencia de 21 a 30 funciones.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.