El tiempo que pasamos utilizando nuestro teléfono celular –o pendiente de él– nos resta cada vez más salud, no solo mental y emocional, también física.
Estas son las conclusiones de un estudio realizado por la Universidad de Tecnología de Queensland en Australia y publicado en la más reciente edición de la revista Frontiers in Psychiatry.
Los resultados señalan que el 24% de las mujeres y el 15% de los hombres podían clasificarse como personas con un uso problemático de teléfonos móviles. Cuanto más joven es la persona, el problema es mayor, por ejemplo, este mal se vio en el 40,9% de las personas entre los 18 y 24 años, sin importar su sexo.
A esto lo bautizaron como “tecnoferencia”.
“Cuando hablamos de tecnoferencia nos referimos a las intrusiones e interrupciones que las personas experimentan en su vida cotidiana debido a los teléfonos móviles y su uso”, explicó en un comunicado de prensa Oscar Oviedo-Trespalacios, coordinador del estudio.
Dentro de los datos se observa que una de cada cinco mujeres (19,5%) y uno de cada ocho hombres (11,8%) dicen perder tiempo de sueño debido al tiempo que pasan con su teléfono inteligente. En 2005, un estudio similar arrojó que esto se daba en el 2,3% de las mujeres y el 3,2% de los hombres.
Aunque estas pesquisas solo se realizaron en ese país de Oceanía y los datos no pueden extrapolarse del todo a otras partes del mundo, los investigadores señalan que en Europa y América se ven comportamientos muy similares y las consecuencias pueden asemejarse mucho.
Otros resultados
Los investigadores también encontraron que el 12,6% de los hombres y el 14% de las mujeres dicen que su productividad bajó como resultado del uso del celular.
El 8,4% de las mujeres y el 7,9% de los hombres dicen tener dolores o ansiedad producto del uso del celular.
Además, el 14% de las mujeres y el 8,2% de los hombres tratan de ocultar hablar de cuánto tiempo pasan en sus teléfonos, o mienten y dicen que pasan menos tiempo en ellos, pues les da vergüenza admitir la verdad.
No obstante, ven al teléfono como algo necesario. El 54,9% de las mujeres y el 41,6% de los hombres indican que sus amigos pensarían que ellos son personas muy difíciles de localizar si no tuvieran un teléfono inteligente.
Asimismo, el 25,9% de las mujeres y el 15,9% afirman que hay momentos en los que prefieren usar su teléfono celular para “aislarse de las presiones de la realidad”. En quienes tienen de 18 a 24 años, el porcentaje sube a 51,4.
“Las innovaciones tecnológicas han aumentado muy rápido en los últimos años y esto ha llevado a cambios dramáticos en el uso de la telefonía. Sí, esto puede mejorar nuestra calidad de vida al tener todo de una forma más rápida”, destacó el investigador principal.
“Pero también hay consecuencias negativas. La ansiedad, el dormir mal, los dolores musculares son usuales. Y esto también puede llevar a comportamientos con implicaciones graves para la salud, como distraerse con el teléfono mientras se está manejando un automóvil”, concluyó.
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